Mike Kennedy en Sidecar
Eran los años del seiscientos, de Gracita Morales y Alfredo Landa, de una España que veía Europa a mucha distancia. Se andaba en biscúter, se aparcaba fácilmente y sólo volaban los más adinerados. Entonces, en aquellos años sin colorido, surgió una banda que de repente nos puso en el mundo. Formada a partir de Los Sonor (de Madrid) y Los Runaways (de Mallorca), cantaba en inglés mucho antes del aluvión indie.Su impacto fue tan brutal que lograron entrar en las listas inglesas y norteamericanas, una auténtica heroicidad tanto en aquellos años como en los nuestros. Incluso hoy en día Internet ofrece información sobre ellos. Con algún error, es cierto: los citan como banda latina con sonido tropical, pero los citan.
Son Los Bravos, el grupo que rompió fronteras y consiguió ser el más popular en una España en la que todavía se llamaba "conjuntos" a los grupos. Encadenaron una imparable sucesión de éxitos encabezada por Black is black y continuada con La moto, Los chicos con las chicas, Bring a little loving o La parada del autobús. Hicieron películas, igual que los Beatles, Los chicos con las chicas y Dame un poquito de amor, pero a diferencia de éstos tuvieron un final dramático (uno de sus miembros se suicidó).
Su cantante, Mike Kennedy, intentó sin suerte triunfar en solitario y se mantiene activo en un circuito de actuaciones para carrozas. Esta noche (23.00 horas), en Sidecar, realizará una de sus escasas actuaciones frente a un público jóven y tocará un repertorio totalmente centrado en Los Bravos. Además, miembros de bandas de pop actuales (Los Fresones Rebeldes, Azucarillo Kings, etcétera.) le rendirán pleitesía cantando con él canciones compuestas cuando ellos eran niños. La España de los sesenta, una noche en Sidecar.- L.H.
