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TRIBUNALES

Una mujer acepta 4 años de reclusión por matar a su marido en un incendio

Dolores R. T., una mujer acusada de asesinar a su marido al incendiar la vivienda que ambos ocupaban, evitó ayer declarar ante un jurado popular al aceptar cuatro años de internamiento en un centro psiquiátrico. La pena fue pactada por su abogado y el ministerio público, que, en principio, solicitaba un castigo de 10 años de prisión para la encausada. Ésta aceptó ayer que acabó con la vida de su esposo con una lacónica respuesta: "Si", dijo a pregunta del fiscal.

La acusada reconoció ser la causante del incendio que, el 15 de julio de 1998, causó la muerte de su marido, Vicente M. Ll., en la vivienda de Massalavés que ambos compartían. Según el fiscal, ese día, Dolores R. T. roció de gasólina el edredon que cubría la cama en la que dormía su esposo y posteriormente le prendió fuego con un doble objetivo: acabar con la vida de su pareja y, simultáneamente, suicidarse. Vicente M. Ll. falleció. No sin realizar "ímprobos esfuerzos" por escapar de las llamas y ayudar a su esposa. Según los policías que acudieron al lugar de los hechos, el fallecido entró al menos dos veces a la vivienda para ayudar a su mujer. Ésta, en el plano físico, perdió una pierna, parte de su cuerpo quedó paralizada y sufrió daños en una mano.

Psicológicamente, el trastorno que llevó a Dolores R. T. a incendiar su casa fue agravado por los efectos de su iniciativa. La depresión que padecía, con periodos de trastornos psicóticos, se acentuó. Por ello, el fiscal aplicó la eximente de enajenación mental a la acusación de asesinato que presentaba contra la mujer, para la que pedía 10 años de prisión. Y por ese mismo motivo se avino a rebajar considerablemente la pena. José Vicente Miralles pactó la pena de cuatro años de prisión, por un homicidio imprudente, "de acuerdo a las circunstancias psiquiátricas de la mujer", que actualmente vive con sus hijos.

Los informes de varios expertos que examinaron a la condenada ratifican esa tesis, también defendida por Antonio Llácer, el abogado de Dolores R. T.. Éste explicó que la víctima actuó, además de por los trastornos mentales que padecía, espoleada por los graves problemas económicos de la familia -que tenía una empresa de grúas-, el alcoholismo de su marido y el "gran cariño" que sentía por sus hijos, a los que quería evitar innecesarios sufrimientos, informa Europa Press.

Llacer agregó que el pacto acordado "es un gran acuerdo" y "un buen resultado" para su cliente, "pues no ingresará en prisión y se podrá recuperar" del daño psicológico sufrido. "Si algo malo hizo, indudablemente lo está pagando en vida", añadió Llácer.

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