Aznar ofrece a Marruecos inversiones para frenar la inmigración ilegal

Al poco de estrenar su segunda legislatura como presidente del Gobierno, José María Aznar cumple hoy con la tradición de que el primer viaje oficial de un mandatario español tenga a Marruecos como destino obligado. Aznar presentará al Ejecutivo de Rabat un amplio plan para el desarrollo del norte del país magrebí, donde España ejerció en el pasado el poder colonial, y buscará la colaboración marroquí para intentar frenar la inmigración ilegal, así como desbloquear la negociación del acuerdo pesquero con la Unión Europea, del que España es la principal beneficiaria. Pero, sobre todo, Aznar tratará de restablecer la confianza entre ambos países tras el desencuentro que supuso su presencia en Melilla al hilo de la pasada campaña electoral, así como el clima de tensión generado a ambas orillas del estrecho de Gibraltar por los incidentes sufridos por los inmigrantes de El Ejido (Almería) o las exportaciones irregulares de tomates y fresas marroquíes hacia el mercado comunitario europeo.En el primer día de su visita oficial, el presidente del Gobierno se desplazará hoy a Rabat desde Marraquech -donde ha permanecido en visita privada durante el fin de semana junto con su esposa, Ana Botella- para entrevistarse con el primer ministro marroquí, el socialista Abderramán Yussufi, a quien entregará el Programa de Acción Integrada para el Desarrollo y Ordenación de la Región Mediterránea de Marruecos (Paidar).

Cooperación financiera

El desarrollo de este proyecto, elaborado en los últimos años por la Cooperación Española, ha costado un total de 580 millones de pesetas. Marruecos dispone además de de 9.250 millones de pesetas en cooperación financiera para la zona norte del país, al margen de los 150.000 millones concedidos en 1996, 60.000 de los cuales son Fondos de Ayuda al Desarrollo. Marruecos, sin embargo, apenas ha utilizado un 1% de ésta última vía de crédito para no sobrecargar aún más su pesada deuda externa, según afirman fuentes de la Administración española.

Además de las medidas que puedan adoptar ambos países para frenar la inmigración ilegal hacia España, que en los últimos meses se ha desplazado desde las costas andaluzas hasta las de las islas Canarias, en la agenda de ambos jefes de Gobierno figurarán sin duda el contencioso de la antigua colonia española del Sáhara Occidental y las reivindicaciones marroquíes sobre Ceuta y Melilla. Tras celebrar una conferencia de prensa conjunta con Yussufi, Aznar se desplazará a Tánger, en el norte de Marruecos, donde mantendrá una reunión con empresarios españoles que operan en el país magrebí.

Mañaña, martes, el presidente del Gobierno viajará a Tetuán, capital del antiguo Protectorado español, y girará visita a varias instalaciones educativas y culturales españolas en Marruecos, donde existen en la actualidad cinco sedes del Instituto Cervantes y 10 centros docentes oficiales españoles. Ese mismo día, Aznar será recibido por el rey de Marruecos, previsiblemente en Tánger. Desde el entierro de Hassan II, en julio del año pasado, Aznar se ha reunido en otras tres ocasiones con Mohamed VI: en agosto del mismo año en Rabat, el pasado mes de marzo, con motivo de la visita privada del monarca alauí a Madrid, y el 3 de abril, en el marco de la cumbre Unión Europea-África celebrada en El Cairo.

España y Marruecos intentarán concertar también "mecanismos de gestión de crisis" para superar eventuales contenciososos políticos o económicos. De este clima de reencuentro dan idea la visita de Estado de Mohamed VI a España, fijada para septiembre, y la reunión de alto nivel hispano-marroquí, prevista para octubre o noviembre de este mismo año.