Del "Cúper vete ya" al mejor Valencia de la historia
El técnico argentino pasa de abucheado a héroe en dos meses y medio
Ya se sabe que en el fútbol todo es muy fugaz. Que cambia de un día para otro. Pero lo que le ha sucedido al Valencia de Héctor Cúper se acerca a lo inverosímil. Que el hombre al que hace apenas dos meses y medio todo el estadio de Mestalla le pidiera que se fuera (Cúper vete ya), sea el mismo que ahora dirige al, probablemente, mejor Valencia de la historia, es realmente increíble. ¿Qué ha pasado desde ese pasado 20 de febrero, cuando el Valencia empató a uno ante un Real Madrid repleto de suplentes? ¿Qué ha sido de ese equipo mediocre que navegaba en tierra de nadie?No queda ni rastro, evidentemente. Y es difícil explicar la transformación. Pero hay algunas claves. En primer lugar, la ambición. El Valencia de ahora es mucho más ambicioso. Es como si de aquel varapalo de la grada, el entrenador argentino, de 45 años, hubiese extraído una lección: a Mestalla le gusta que su equipo sea atrevido. Y lo ha sido desde entonces, salvo en contadas excepciones (el 2-0 en Riazor y el 3-0 en el Camp Nou). La ambición se traduce en goles: en los cinco últimos partidos disputados en casa, el promedio del Valencia supera los cuatro tantos. Hay un detalle que refuerza esta teoría: en el partido ante el Mallorca, el 23 de marzo, Cúper iba a dar entrada al zaguero Björklund para sustituir al lesionado Ilie, pero como la grada protestó el amago de cambio, el técnico optó por que entrara Óscar, que suponía una elección más ofensiva.
El principio de autoridad. Camarasa y al Piojo López criticaron al técnico al principio de temporada, dijeron que se aburrían en los entrenamientos, y Cúper mandó a Camarasa a entrenarse definitivamente en el filial, mientras que le impuso al Piojo seis días de descanso obligatorio. Pues bien, desde aquel conato de motín, el vestuario ha funcionado como la seda. El Piojo ha aumentado su rendimiento y ha actuado con una profesionalidad impecable, a pesar de saber que se irá al Lazio al final de la temporada. Aquel castigo enterró el espíritu del anterior técnico, el italiano Claudio Ranieri, que había pululado por Mestalla.
El estado físico. Al igual que el pasado curso, el Valencia se puso en marcha el primero (empezó en agosto la fase clasificatoria para la Liga de Campeones), y, sin embargo, va a acabar más fuerte que nadie. Además de la labor del preparador físico, el argentino Juan Manuel Alfano, hay algo más: la juventud y la potencia física del grupo, sobre todo en el centro del campo. Mendieta (26 años), Farinós (22), Gerard (21), Albelda (22), Angulo (22) y Kily González (25) son atletas notables y sólo Gerard ha dado síntomas de cansancio.
Farinós. El día que en Florencia se lesionó Milla y Cúper probó a Farinós de medio centro, pocos sospecharon que el Valencia saldría ganando tanto. El equipo, desde entonces, ha jugado con mucha más profundidad, consecuencia del descaro de Farinós: el hombre que anima a sus compañeros cuando fallan, el que tira del carro cuando pintan bastos, el que une arrojo y calidad desde el eje del campo.
En la temporada en que 50.000 personas le pidieron que se fuera de Mestalla, Cúper ha entrado por la puerta grande en los 81 años de historia del Valencia. El club valenciano tratará de defender el miércoles en el Camp Nou los tres goles de ventaja para llegar a la final del día 24 en París. De lograrlo, sería el mejor Valencia de la historia, por encima del que conquistó las Copas de Ferias (1962 y 1963), o del que ganó la Recopa (1980) y la Supercopa de Europa (1981).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.