Críticas a Enher tras un nuevo corte de luz en el centro de Girona

Unos 1.000 abonados del centro urbano de Girona se quedaron ayer sin luz durante unas dos horas. El apagón, que se produjo a media mañana, no constituye una novedad en una zona castigada últimamente con averías que están acabando con la paciencia de los comerciantes y los particulares.También durante la noche anterior algunas zonas próximas a la Rambla sufrieron cortes de luz. El alcalde de la ciudad, Joaquim Nadal, cargó ayer contra Enher y aseguró que durante los últimos meses la compañía está llenando el saco de las incompetencias y las irresponsabilidades. El alcalde aseguró que cabe pedir cuentas, con exigencia y rigor, en todos los casos en que los fallos de suministro sean atribuibles a la compañía.

El de ayer tuvo su origen, según fuentes de Enher, en el desafortunado impacto de una piqueta sobre una línea subterránea, durante la instalación de las carpas de la Devesa. El incidente, que inutilizó dos líneas de media tensión, afectó también a otros seis municipios gerundenses.

Ofensiva legal

Los comerciantes del centro de la ciudad son el colectivo más beligerante con la compañía y están impulsando una ofensiva legal conjunta. El presidente de la asociación de comerciantes El Centre, Jordi Pujadas, asegura que están hartos de excusas variopintas. "Nos toman el pelo. Estamos cansados de historias de temporales, viento, lluvia, humedad, etcétera. No sé que se inventarán esta vez".

La compañía sostiene que muchos de los cortes de suministro que han afectado a la ciudad en los últimos meses eran inevitables. Los datos de la empresa indican que más de un 70% de los incidentes de la red subterránea están provocados por la intervención de terceras personas, principalmente durante obras públicas urbanas.

El Ayuntamiento y Enher mantuvieron recientemente un enfrentamiento cuando la compañía expuso que para acabar con los apagones se hacía indispensable cambiar un cable subterráneo que atraviesa la Rambla de Girona, recientemente remodelada. El alcalde se resistió a que la compañía pusiera de nuevo patas arriba el paseo, aunque finalmente transigió después de exigir un informe técnico que avalase la necesidad de las obras.