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La lucha de Marina Larracoechea

La vida de la española Marina Larracoechea, de 51 años, se transformó desde que perdió a su hermana María Nieves, una de las azafatas del vuelo 103. Marina era arquitecta de interiores pero abandonó gradualmente su carrera para sumergirse en bibliotecas jurídicas, archivos y en la documentación interna de la línea aérea Pan Am y del Departamento de Estado de EEUU. Larracoechea no está convencida de que los dos libios sean los culpables y advierte de que hay que recordar que sólo medio año antes el buque de guerra estadounidense Vincennes lanzó un misil contra un avión iraní cargado de peregrinos que se dirigían a La Meca, pero que terminaron flotando en sus vestidos blancos sobre las aguas del Golfo Pérsico. "Irán anunció una venganza", dice.

Larracoechea insiste que la explosión podría haber sido evitada. "El 5 de diciembre de 1988 hubo un llamada a la Embajada de Estados Unidos en Helsinki en la que se advirtió de que se iba a colocar una bomba en un avión de Pan Am con la ruta Francfort-Londres-Nueva York". Según la española, "hubo notificación interna a todas las embajadas estadounidenses porque la amenaza fue clasificada como creíble. Hubo un enorme porcentaje de cancelaciones de vuelos entre sus funcionarios, pero no lo hicieron publico. El deber de un Gobierno es prevenir a sus ciudadanos".

"Si mi hermana Maria Nieves hubiese sabido ésto por lo menos habría adoptado una decisión informada sobre si tomar el avión o no". Marina, que vive en Nueva York, dedicada a investigar y concluir en el Supremo estadounidense una acusación civil contra Pan Am recibe, para seguir el caso, ayuda financiera de su hermano, que administra la tienda familiar de ropa masculina en Bilbao.

Larracoechea ha sacrificado su vida personal como un tributo a su hermana. "Es como si hubiese estado preparada para esto. No tengo hijos, hablo cuatro idiomas, no tengo raíces, tengo movilidad y eso me dio la independencia para dedicarme al caso", explica.

Marina Larracoechea reconoce que lleva una vida triste. "Estoy naturalmente inclinada a todo lo artístico, a la belleza estética, pero mi vida es tan brutalmente horrorosa que no puedes...". Ella seguirá llamando a las puertas, desempolvando documentos olvidados durante lo que le quede de vida. "Se trata de no dejar morir a los que tú quieres", dice.

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