_
_
_
_
_

El juez obliga a una malagueña de seis años a vivir con su padre en EE UU

Araceli Tortosa, una sevillana de 39 años afincada en Málaga, intenta en estos días por todos los medios evitar que se ejecute una sentencia de la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Málaga que la obliga a entregar a su hija Belinda, de seis años, a su padre, un ciudadano estadounidense al que la niña ha visto sólo dos veces en los últimos cuatro años. Los abogados de Tortosa pedirán la suspensión de la ejecución de la sentencia. El día fijado para la entrega de la niña al padre es el próximo jueves 11 de mayo.

Araceli Tortosa se casó con Gerald Kalvin Kholer en Gibraltar en 1993. Ya estaba embarazada de Belinda. Su marido era marine y estaba destinado en la base de Rota (Cádiz). El matrimonio fue infeliz desde el principio. En 1994, según el relato de Tortosa, Kholer fue apartado del cuerpo por "insubordinación y malos tratos", y la familia se vio obligada a trasladarse al estado de Pensilvania (EE UU). La afición de Kholer a la bebida hizo insoportable la vida de la pareja. En 1995, Tortosa se separó de su marido. "La causa de separación que se estimó en la sentencia fueron los malos tratos, la custodia se le dio a la madre y en las cláusulas del régimen de visitas se especificaba que el padre debía dejar la bebida para ver a la niña", señaló ayer Francisco José Jiménez, uno de los letrados que representan a la madre.

A pesar de vivir separados, Kholer seguía acosando a su ex mujer, por lo que ella decidió volver a España. El padre se opuso, y obtuvo el amparo de las leyes estadounidenses. Pero Tortosa ya había tomado una decisión, y, cambiando el itinerario de su viaje, logró despistar a su ex marido y a la justicia y se trasladó a la casa de sus padres, en Málaga, con Belinda. En principio, según relata la madre, el padre no opuso resistencia. "Incluso vino dos veces a Málaga para verla y mantuvo un trato amable con nosotros", relata la madre.

Sin embargo, al final Kholer decidió reclamar a la niña. Hace tres años logró que los tribunales estadounidenses solicitaran su entrega. El caso fue a parar al Juzgado de Primera Instancia número 5, que falló a favor de la madre atendiendo a un informe de la psicóloga del juzgado, que alegaba que la devolución supondría un trauma psicológico para la niña.

El abogado del Estado personado en la causa recurrió ante la Audiencia Provincial, que ha dictado sentencia ahora, dos años después de la apelación, y ha dado la razón al padre y al abogado del Estado. Las posibilidades de que la sentencia no se cumpla son, según fuentes judiciales, "muy escasas". "Pero en todo caso tampoco se le va a devolver la niña al padre el día 11 sin más. Si la niña vuelve, será después de un proceso de adaptación psicológica de todos los implicados", señalaron estas mismas fuentes.

Por su parte, fuentes de la Abogacía del Estado comentaron a la agencia Efe que la institución actuó "únicamente en cumplimiento del convenio internacional entre España y EE UU sobre sustracción de menores"

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_