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Cuatro rehenes mueren en la liberación de los escolares secuestrados por separatistas filipinos

El secuestro de un grupo de escolares y sus profesores por parte del grupo separatista filipino Abu Sayyaf en la isla de Basilan llegó ayer, aparentemente, a su fin, después de que los guerrilleros fueran sorprendidos por una patrulla militar. En el tiroteo que siguió murieron cuatro de los rehenes, todos adultos, y fueron liberados 15 niños, aunque cinco resultaron heridos. Las autoridades desconocen qué ha pasado con el resto de los rehenes. El Gobierno de Manila estableció ayer por primera vez contacto directo con Abu Sayyaf, que retiene a otro grupo de 21 personas en la isla de Jolo.

Los 27 rehenes de Basilan, 22 de ellos niños, pertenecían a un conjunto de más de 70 personas que el grupo guerrillero había secuestrado en dos escuelas de la isla en marzo como parte de su violenta campaña para establecer un Estado islámico en el sur de Filipinas. La mayoría habían sido liberados con anterioridad. Las víctimas de ayer, entre las que hay dos profesores y un cura católico, fueron, aparentemente, disparadas por sus captores al verse descubiertos, según la policía.En otra isla filipina, Jolo, el Ejército llegó ayer a la cabaña donde permanecía secuestrado un grupo de 21 personas, entre ellas 10 turistas, pero la halló vacía. El ministro de Defensa filipino, Orlando Mercado, insistió en que el grupo permanecía dentro del cordón militar que unos 2.000 soldados han formado en torno a la base guerrillera de Jolo.

En la cabaña no se han encontrado rastros de sangre, según la policía. Las autoridades filipinas han desmentido categóricamente que dos de los rehenes hayan muerto durante un tiroteo producido en la noche del martes. Un supuesto portavoz de Abu Sayyaf había declarado a una televisión local que un hombre había muerto de un disparo y una mujer por un ataque al corazón durante los enfrentamientos. Otro de los rehenes habría resultado herido, según la fuente, que no precisó las nacionalidades de las víctimas, aunque añadió que eran "caucásicos". Según los militares, estas declaraciones tendrían el propósito de que el Ejército se retirara de la zona. Nur Misuri, un antiguo guerrillero que ha sido nombrado mediador por el Gobierno, afirmó que únicamente se habían producido dos heridos.

El Gobierno filipino estableció ayer contacto directo con el grupo de Abu Sayyaf por primera vez desde el comienzo de este secuestro. La vicepresidenta, Gloria Arroyo, habló con un representante del grupo en una conversación autorizada por el presidente, Joseph Estrada. Según el portavoz del Gobierno, no se produjo una negociación, pero Abu Sayyaf hizo una declaración de la que no se han facilitado detalles.

Éste es el menor, pero el más radical, de los dos grupos independentistas musulmanes que permanecen activos en el país tras los acuerdos de paz de 1996. El Frente Moro de Liberación Islámica, que ha declarado la "guerra total" al Gobierno filipino, atacó ayer con granadas un aeropuerto y una base militar en las cercanías de Cotabato, a 900 kilómetros al sureste de Manila, según fuentes oficiales. También cortó una autopista y retuvo a las casi 100 personas que viajaban en sus vehículos. Otras cuatro bombas estallaron en el centro de la ciudad de General Santos, de mayoría cristiana, matando a cuatro personas e hiriendo al menos a 30. Estas dos ciudades se encuentran en Mindanao, la isla en la que reside la mayoría de los cinco millones de musulmanes de Filipinas, que tiene 74 millones de habitantes.

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