Arafat convierte un palacio en universidad para superdotados La iniciativa pretende servir para apaciguar las protestas de los alumnos
El presidente palestino, Yasir Arafat, ha ordenado convertir su palacio de la ciudad de Nablus en un centro de formación para estudiantes superdotados. Con esta decisión, el líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) trata de reconciliarse con universitarios e intelectuales, convertidos en los últimos meses en la punta de lanza del movimiento de oposición a su régimen y detractores firmes del proceso de paz.
Nablus, la capital del norte de Cisjordania, uno de los epicentros del movimiento islámico de Hamás y sede de permanentes revueltas estudiantiles, tendrá el próximo curso una sede para formación exclusiva de alumnos superdotados de todos los territorios palestinos: Yasser Arafat Academy for Creative Students.La puesta en marcha de este centro fue decidida hace unos días por el propio presidente Yasir Arafat, quien ha puesto al servicio del proyecto uno de sus palacios presidenciales, ordenando que se lleven rápidamente a término las modificaciones estructurales necesarias para que su residencia pueda convertirse en sede de una moderna universidad y con la esperanza de que sus puertas puedan ser abiertas con todo boato y parafernalia el próximo curso.
Un grupo de 60 expertos trabajan en los planes de lo que se supone será la universidad más prestigiosa de los territorios, a la que tendrán acceso sólo un grupo distinguido y reducido de alumnos que deberán superar estrictas normas de selección.
El centro tratará de impartir todo tipo de materias, sin excepciones, para desarrollar las potencialidades del alumnado. No se descartará tampoco la práctica de deportes, música o informática, y podrá convertirse, además, en internado. Se desconoce, sin embargo, quién o cómo será financiado el proyecto, sobre todo teniendo en cuenta la falta de recursos económicos en el sector de la enseñanza, lo que ha llevado a los maestros este año a protagonizar una de las huelgas más largas conocidas desde el inicio de la autonomía palestina.
La sede de la nueva universidad palestina de Nablus, en el barrio cristiano de Rafidia, se encuentra cerca al campus de la antigua Universidad de An Najah, que, con cerca de 12.000 alumnos, está considerado como uno de los distritos estudiantiles más conflictivos y más superpoblados de los territorios autónomos, superado sólo por las dos universidades de Gaza y por la de Jerusalén -Al Quds Uno- con una media de 15.000 escolares cada una.
La Universidad de An Najah no es más que el reflejo de Nablus, la ciudad rebelde, con más de 100.000 habitantes, situada a poco menos de un centenar de kilómetros al norte de Jerusalén en Cisjordania, patrimonio de las grandes familias de oligarcas y comerciantes locales y seguidores del movimiento fundamentalista Hamás, todos ellos enemigos declarados de Arafat, como lo demostraron hace pocos meses cuando desde allí difundieron una proclama unitaria contra el Gobierno autónomo del presidente, su corrupción y despotismo, y en favor de la libertad.
Violenta oposición estudiantil
Nablus, asediada por los grandes campos de refugiados de Askar, Balata y Campo Número Uno, todos ellos creados en 1950 y con una población total de más de 36.000 personas, es, además, escenario de continuadas violencias armadas protagonizadas por las diferentes facciones palestinas, que no dudan en disparar contra los hombres de Arafat y a los militantes de su partido gubernamental, Al Fatah, a los que tratan como "indeseables extranjeros".
"Arafat quiere hacer un gesto político-académico para reconciliarse con la sociedad civil de Nablus, pero sobre todo con el movimiento y las organizaciones estudiantiles, todas controladas por Hamás", aseguran dirigentes locales de Cisjordania.
Los desvelos de Arafat por poner en marcha rápidamente este centro de élite no acabará, sin embargo, con las protestas permanentes de los 57.341 estudiantes de los centros superiores de Cisjordania y Gaza, quienes desde hace tiempo reclaman mejoras de todo tipo y que se garanticen las libertades académicas.
El Gobierno de Arafat administra ocho universidades, seis en Cisjordania y dos en la Banda de Gaza, que se benefician directa o indirectamente de los fondos del Estado, y ejerce sobre ellas una férrea tutela, intentando contrarrestar el sindicato o parlamento de estudiantes, en la mayoría de las ocasiones en manos del Bloque Islámico -Yijad Islámica y Hamás- frente a los sectores juveniles del partido Al Fatah, en el poder, del que el propio Arafat es el primer líder.
"No necesitamos centros de prestigio. Lo que deseamos es que funcionen mejor los existentes", aseguran estudiantes de Bir Zeit, considerada como la Harvard palestina, desde donde han partido las últimas y más violentas protestas contra el Gobierno de Arafat y de la que el primer ministro Lionel Jospin fue expulsado a pedradas el pasado mes de febrero.
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