El desfile de las Fuerzas Armadas divide al gobierno de Barcelona

La unidad de los tres grupos que gobiernan en Barcelona se quebró ayer por primera vez en lo que va de legislatura. El motivo fue la votación sobre tres proposiciones con las que se pretendía evitar el desfile que se celebrará en Barcelona el 27 de mayo, Día de las Fuerzas Armadas. El abandono de los socios no tuvo consecuencias para el alcalde Joan Clos, que contó con el apoyo del PP. El portavoz de esta formación, Santiago Fisas, afirmó que le parecía tan bueno el discurso de Clos que renunciaba al propio para suscribirlo todo.

Los motivos esgrimidos por Jaume Ciurana, concejal de CiU, para reclamar que el Ayuntamiento no cediera las calles de Barcelona para el desfile militar eran de tipo nacional, pacifista, estético y aun económico. El sentimiento antimilitarista de Barcelona, aseguró, reclamaba que el desfile se convirtiera en un acto de homenaje a quienes han participado en misiones de paz. En caso contrario, instaba a la alcaldía a "no ceder el uso de la vía pública de la ciudad para una exhibición tan alejada del sentir de la gran mayoría de los barceloneses". Joan Clos le contestó con contundencia, pero antes de hacerlo se permitió una broma: mostró al hemiciclo una fotografía del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, entregando un sable a un sargento en Talarn y le preguntó si aquel acto no era militarista porque se trataba de la espada de Jaime I el Conquistador.

CiU se quedó sola al votar. Sus representantes se abstuvieron en una proposición relativamente similar de ERC y votaron a favor de otra de IC-V, pero no recibieron nada a cambio de sus votos.

Las votaciones produjeron resultados inusuales. El Gobierno, formado por el PSC, IC-V y ERC, se quebró en las tres ocasiones y en las tres los socialistas recibieron el apoyo del PP. IC-V obtuvo el respaldo de CiU y de ERC y, a la vez, dio su voto a los republicanos. CiU se quedó sola y, lo que le resultó más amargo, tuvo que soportar las críticas de todos los grupos. Clos calificó su actitud de "oportunista"; Jesús Maestro (ERC) les acusó de mantener un discurso doble, de apoyo a José María Aznar en Madrid y de aparente oposición al Ejército español en Barcelona. Eugeni Forradellas (IC-V) les recordó que votan sin cortarse los créditos para la industria militar.

Joan Clos, por su parte, aseguró que el municipio no es el lugar para discutir el papel del ejército en España, un papel, dijo, consagrado por la Constitución y claramente democrático. Clos defendió la participación de los militares españoles en conflictos internacionales como fuerza de interposición y el carácter institucional de un desfile que "organiza el Gobierno español y preside el jefe de las Fuerzas Armadas". "Quizá en el futuro no habrá desfiles militares", añadió el alcalde de Barcelona, "pero la discusión al respecto hay que hacerla en el Parlamento y no con proposiciones oportunistas", dijo, refiriéndose directamente a CiU.

Forradellas había pedido la supresión del desfile en Barcelona y en cualquier otra ciudad española, mientras que ERC sólo criticaba que se hiciera en la ciudad.