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Condenado a 10 años de cárcel por matar a un joven en una discoteca

La Audiencia de Valencia ha condenado a 10 años de prisión a Pablo G. T., un hombre acusado de matar de un navajazo a otro joven en una discoteca de El Perellonet, una pedanía de Valencia. La sentencia, dictada por la magistrada Pilar Manzana en aplicación del veredicto de un jurado popular, considera al procesado culpable de un delito de homicidio. Según la magistrada, Pablo G. T., de 23 años, y su víctima, Alejandro Ch. S., participaron en una reyerta que enfrentó a dos grupos de jóvenes en la terraza interior de la discoteca Calavera, ubicada junto a varios establecimientos de ocio que formaban la denominada ruta del bakalao. Una vez disuelta la tumultuaria riña, ésta prosiguió en el aparcamiento del local. Allí, siempre según el fallo, el condenado acabó con la vida del otro joven.

Tras "un nuevo encontronazo entre Alex" y Pablo G. T., el homicida "sacó la navaja que portaba, con la que asestó dos puñaladas a Alex, una de ellas en la mandíbula que no afectó a órganos vitales y la otra en el pecho que si los afectó, penetrando hasta el corazón", dice la juez. El joven herido falleció a continuación, mientras el agresor huía corriendo en dirección a otra discoteca cercana.

Los once miembros del tribunal popular que juzgaron el caso consideraron incontrovertido el relato de los hechos posteriormente plasmado en sentencia por la magistrada. De hecho, los jueces legos basaron su veredicto condenatorio -unánime- en cuatro pruebas consideradas irrefutables.

En busca y captura

En primer lugar, el testimonio de los guardias civiles que detuvieron a Pablo G. T., que aseguraron que éste confesó la autoría del crimen. Posteriormente, las declaraciones de otros dos testigos, que presenciaron cómo el condenado exhibía la navaja con la que se cometió el crimen y forcejeaba con la víctima, y finalmente, un estudio de la sangre de la víctima.

Éste, un análisis del ADN, reveló que el pantalon del agresor estaba manchado con sangre de la víctima. El condenado, en su declaración durante el juicio, negó su responsabilidad en el homicidio aunque aceptó haber exhibido la navaja durante la trifulca que se originó en la discoteca.

Pablo G. T. está ahora en paradero desconocido. La Audiencia de Valencia dictó una orden de busca y captura contra él hace una semana, el pasado 18 de abril, después de que el condenado, conocedor de la decisión del jurado, no se presentara a la vistilla judicial en la que se decidía sobre su posible ingreso en prisión.

Esta decisión dependía de la magistrada encargada de caso en tanto en cuanto la sentencia, recurrible ante el Tribunal Superior de Justicia, no es firme. De hecho, el abogado del condenado anunció durante ese acto la inmediata presentación de la apelación.

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