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Elián

La foto de Elián sonriente, relajado en brazos de su padre, ha contrarrestado la del asalto armado a la residencia de su tío abuelo en Miami y el consiguiente rostro de terror del chiquillo ante un hombre de Harrelson. Es la misma entregada sonrisa que exhibía hace días cuando aseguraba que no quería volver a Cuba o cuando contaba cómo su mamá se había esfumado de pronto del mar y un día reaparecería en Miami.En el subsuelo de este niño hay escenas que ciegan los ojos, como la del naufragio, la desaparición de su madre, el rescate, el secuestro a manos del búnker de Miami dividido entre calculadores traficantes de sentimientos y los cubanos anticastristas que sentían emotivamente la causa de Elián y querían evitarle la devolución a Castro y finalmente ese rescate a mano armada y con nocturnidad. De brazos en brazos, sacado del mar o introducido en un coche del FBI, siempre en brazos este niño hasta que tenga la estatura de un hombre y sepamos realmente qué le ha pasado, indagación similar a la que se autorrecetan los ordenadores mal cerrados por si se han dañado los archivos del disco duro. ¿Un 10%, un 5%? ¿Nada?

O la patria potestad es la misma para todos o la OTAN decreta que a partir de ahora los padres cubanos y castristas pierden la patria potestad en beneficio de los tíos abuelos anticastristas. De momento se ha cumplido el primer paso efectivo en pro del respeto a la patria potestad, que es algo así como un derecho de soberanía de los óvulos y los espermatozoides con respecto a sus síntesis.

Lo de la patria potestad está claro. Y Elián sonríe en brazos de su padre y junto a su hermano. Pero precisamente a partir de esa sonrisa empieza el enigma que sólo despejarán los años y la dialéctica entre memoria y deseo que nos entretiene mientras dura la esperanza de vida. Ojalá el Gobierno cubano recupere la inteligencia perdida en la teatralización de este caso y si se consuma el regreso de Elián a Cuba le reciban sus amigos reales y su pastel preferido. Ha sobrevivido a tantos tiburones que este niño se merece el reposo del náufrago.

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