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'Clara' jubila a 'Berta'

Los datos de todos los españoles están cambiando estas semanas de lugar de almacenamiento. El ordenador Berta, que guardaba celosamente las fichas de los carnés de identidad, de los datos policiales de todos los delincuentes del país y las bases de datos de los agentes de la Dirección General de la Policía (DGP), se jubila. Una potente computadora, Clara, ha dejado obsoleta a la tercera generación de los Berta, que serán desguazados en breve. Estos millones de antecedentes y de fichas se custodian en un edificio sin señales externas de El Escorial.El centro de proceso de datos de la DGP se encuentra en un antiguo seminario que fue reformado a principios de los ochenta. Según se entra en las zonas más protegidas, las medidas de seguridad se incrementan hasta llegar a ser imposible acceder a la sala de los ordenadores, el corazón del edificio, sin ser interceptado por agentes del Cuerpo Nacional de Policía. El centro cuenta con tres sistemas de seguridad independientes (vallas electrificadas incluidas), y ante el menor ataque externo, la sala de máquinas quedaría sellada.

El acceso a la sala de ordenadores se hace a través de un ascensor que se activa con una tarjeta magnética y un código secreto. Es necesario llegar al sótano y pasar un pasillo con doble puerta. La segunda no se abre hasta que se haya cerrado la primera. Todo el recorrido está vigilado por cámaras de vídeo que graban los movimientos.

Tras pasar de nuevo la tarjeta de seguridad se accede a una nave central de grandes dimensiones y con potentes luces blancas. Es de hormigón armado e impide el paso de ondas electromagnéticas. Allí no funcionan los teléfonos móviles. Los ordenadores trabajan a todo ritmo, mientras cinco o seis técnicos controlan que no se registren incidentes.

1,14 millones de huellas

El visitante se encuentra primero con la parte de huellas, conocido técnicamente como sistema de análisis e identificación digital (SAID). Este ordenador tiene almacenados en su memoria 1,143 millones de huellas de los 10 dedos de las manos de los detenidos en toda España, junto con otras 90.000 pruebas digitales recogidas por la policía y la Guardia Civil en lugares donde se ha registrado un delito. Estas últimas, tras haber sido rastreadas en los archivos del SAID, no han tenido un resultado positivo, por lo que, en principio, no pertenecen a delincuentes fichados. "Todas las huellas se guardan para posteriores consultas. Algunas de ellas pueden ser de personas muertas, pero se guardan por si es necesario recuperarlas por casos no cerrados o por si algún estudioso quiere hacer algún trabajo", explica el comisario jefe de informática y responsable del centro, Mauricio Pastor.

El siguiente punto que ve el visitante es la parte destinada al documento nacional de identidad. Esta semana, cinco ordenadores trasvasaban los datos del antiguo Berta al Clara. Allí están registradas las fotografías, la firma y la huella, junto con los datos personales de todos los poseedores del documento nacional de identidad (DNI), pasaporte o tarjeta de residencia, además de los visados expedidos.

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Hasta finales de mes convivirán los dos ordenadores. El tamaño de Clara es sensiblemente menor que el de Berta. Frente a los 13 armarios de este último (un Siemens H-90 y H-100) para almacenar los datos, el nuevo (un Sun Microsystem) no requiere más que dos muebles de 1,80 metros de altura. Cada uno tiene una capacidad de tres terabytes (tres billones de unidades básicas de información de un ordenador). Además, Clara está duplicado. En caso de que uno de los muebles fallara, funcionaría el otro. El nuevo Clara ha costado 490 millones. "El nombre de Berta no sabemos de dónde salió. Esta vez lo hemos decidido nosotros. Recoge el carácter abierto de nuestro trabajo", explica el comisario Mauricio Pastor; "además, le hemos dado nombre de mujer porque ellas son más trabajadoras, más constantes, más silenciosas y no se quejan".

En la sala también se guardan todos los datos de administración y gestión del Cuerpo Nacional de Policía. Las nóminas de los agentes, sus fichas de servicio, la promoción y la formación se custodian en estas computadoras.

Todos estos datos pueden ser consultados en línea desde las 485 comisarías de policía de toda España y las más de 100 policías locales y municipales que tienen autorizado el acceso. Además, otros organismos públicos, como los ministerios de Trabajo, de Administraciones Públicas o los Mossos d'Esquadra (la policía autonómica catalana), cuentan con clave para consultar la base de datos. "La Guardia Civil no tiene acceso a nuestras bases, al igual que nosotros no podemos consultar los datos que ellos almacenan en su ordenador central ", explica Pastor. Eso sí, existe "un espacio en común", denominado base de datos nacional (BSDN), al que pueden acceder los agentes del instituto armado y del Cuerpo Nacional de Policía, al igual que los cuerpos y fuerzas de seguridad de los países firmantes del acuerdo de Schengen (Austria, Bélgica, Francia, España, Alemania, Grecia, Italia, Luxemburgo, Holanda y Portugal). Éste supuso la supresión de las fronteras internas para personas y mercancías.

El acceso a las bases de datos se lleva a cabo por bandas anchas de comunicación, lo que permite gran rapidez. El sistema está diseñado contra los piratas informáticos. Si un hacker quisiera entrar en Clara se encontraría con diferentes barreras. Primero tendría que superar un llamado cortafuegos central, que permite sólo la entrada a personas con contraseña y perfectamente identificadas. Después entraría en la denominada zona desmilitarizada, que impide continuar a los visitantes indeseados. El ordenador le descubriría en ese punto y se desconectaría de forma automática. La llamada entrante sería desviada a otro terminal (existen tres) y la metería en un laberinto lleno de vericuetos informáticos mientras se localiza la llamada. Entonces se daría aviso inmediato a la Brigada de Información más cercana al pirata informático para que le detuviera lo antes posible. Todos los datos proporcionados por Clara y Berta van codificados y encriptados.

"Hemos tenido algún intento de pirateo informático, pero nunca se ha puesto en riesgo la seguridad de los datos", afirma el comisario. Existen cuatro copias de seguridad de los datos de El Escorial. Una se encuentra junto a los ordenadores centrales. Otras dos se han enterrado en dos búnkeres del propio centro, a más de 40 metros de profundidad y separados a gran distancia. La cuarta copia está en un punto de Castilla-La Mancha conocido por muy pocas personas.

La ley de protección de datos (LORTAD) considera al centro de El Escorial como un organismo de seguridad alta. Todos los consultantes de sus bases de datos están perfectamente identificados. También se registra la fecha, la hora y si la consulta corresponde al nivel de acceso permitido. Cada policía o trabajador autorizado para entrar en Clara puede acceder hasta una determinada base de datos. De este modo, un funcionario del carné de identidad sólo puede llegar hasta esta parte de la computadora. Igual ocurre con huellas o con la parte administrativa.

3.000 usuarios

El centro de El Escorial recibió 49 millones de consultas distribuidas en 1999. En determinadas horas punta se llegó a contar con 3.000 usuarios, lo que supuso llegar a la capacidad del 98% de Berta. Con Clara, esto habría supuesto sólo el 12%.

El centro de datos de la DGP está diseñado de forma que sus 218 trabajadores podrían vivir hasta cuatro meses sin necesidad de salir al exterior. El edificio, con 130.000 metros cuadrados, dispone de más de 20 apartamentos en la última planta. También cuenta con las cámaras frigoríficas necesarias para almacenar víveres para esos cuatro meses.

Lo que cuenta con mayor protección es la parte eléctrica. El centro tiene dos grandes acumuladores, una habitación repleta de baterías y tres generadores de motores Diesel con 18 cilindros cada uno y con el gasóleo necesario para alimentarlos cuatro meses. "Desde su apertura, sólo se ha producido una pérdida de corriente y el centro estuvo seis horas sin funcionar. Hoy no pasaría", asegura Pastor. Un sistema de microondas permitiría, en caso de catástrofe, transmitir hacia un repetidor de la sierra de Guadarrama los datos necesarios.

Nuevos productos en la red

Las nuevas posibilidades informáticas y la expansión de Internet han dado más trabajo a los técnicos del centro de proceso de datos de El Escorial. Los agentes del Cuerpo Nacional de Policía disponen de recientes programas diseñados para facilitarles la labor a la vez que acercan sus servicios al ciudadano.Hace poco se puso en marcha el llamado sistema informático geográfico. Este programa recoge la cartografía de toda España y representa en tiempo real todos los delitos que han ocurrido en una provincia, una localidad o incluso en una calle. Además informa a sus usuarios de las horas de los sucesos y si se han producido detenciones. "Este sistema permite que las estadísticas dejen de ser meros números y se puedan programar con mayor precisión determinadas operaciones o se sepa en todo momento en qué calles hay que reforzar la vigilancia", explica el comisario jefe de informática y director del centro, Mauricio Pastor.

El programa es inteligente y sólo permite la consulta por determinados funcionarios. Así, un jefe superior de policía podrá consultar toda la región en la que tiene competencias, mientras que un comisario, sólo la localidad en la que se encuentra.

Internet también ofrece otras facilidades. Los ciudadanos pueden presentar sus denuncias por la red e ir a firmarlas a la comisaría más cercana. Tan sólo es necesario conectarse con la página de la policía (www.policia.es) y seguir las instrucciones para rellenar el formulario. Estas notificaciones se reciben en el centro de El Escorial y el ordenador las procesa y las distribuye a sus respectivas comisarías. Los denunciantes pueden firmarlas a partir de las diez de la mañana del día siguiente en la comisaría elegida.

La red interna de la policía también permite tener una base de datos muy amplia. Un agente puede consultar, por ejemplo, en esta red las características de una pastilla de éxtasis decomisada y comprobar su composición, dónde se fabrica y los problemas derivados de su consumo. Entra así en contacto con el resto de policías españolas y extranjeras.

También hay un proyecto piloto que permitirá a los coches patrulla llevar ordenadores portátiles que se conectarían con Clara por sistema GSM (de telefonía móvil). Pero, de momento, está sólo en fase de experimentación.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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