Calma chicha
La calma chicha que ha traído la Semana Santa a los ambientes políticos es más aparente que real, al menos en Jaén. Prohibido apagar los teléfonos móviles, no vaya a ser que los redobles de los tambores cofrades anuncien buenas nuevas para algunos. Por ejemplo, para el consejero de Obras Públicas en funciones, Francisco Vallejo, que todavía espera una llamada para saber cuál será su cometido en el próximo Gobierno (si continúa) de Manuel Chaves. Su compañero Gaspar Zarrías, de los pocos que parece tener una Consejería reservada, está jugando las últimas bazas para mantener el peso territorial de Jaén en el próximo Consejo de Gobierno andaluz. ¿Será una mujer la sorpresa? Podría ser, pues alguna ha cancelado sus vacaciones en Semana Santa a la espera de que suene el móvil.La espina en estos días de penitencia le viene a Zarrías desde el grupo socialista en el Ayuntamiento de Jaén, escenario del enfrentamiento, casi endémico, con el sector torrista, nombre acuñado por los seguidores del que fuera vencedor de las primarias y dimitido portavoz socialista, Juan Torres. Ni siquiera el nombramiento de Manuel López, hombre de talante dialogante y conciliador, como nuevo portavoz parece haber calmado las aguas a tenor del rebote monumental que los ediles torristas han cogido por el cese de Tomás Ortiz como secretario del grupo, contraviniendo el pacto suscrito en su día.
Si a eso se añade el clima de división generado en las Juventudes Socialistas tras su último congreso provincial, con acusaciones incluidas sobre la injerencia de la dirección provincial en el evento, se llega a la conclusión de que es precisamente calma chicha la que existe en el PSOE jiennense.
Claro que la gota que puede colmar el vaso del nerviosismo socialista puede llegar el próximo martes en el Ayuntamiento de Andújar, donde Izquierda Unida tiene que deshojar la margarita de si opta por apoyar el nombramiento de Antonio Cuenca como nuevo alcalde socialista o, como temen muchos, se decante por alinearse con PA y PP en un pacto tripartito.
También los andalucistas deberían explicar cómo utilizan al PSOE para casarse, en Sevilla, y para divorciarse, en Andújar. Y mientras los populares, con rostro de cirineos, parecen decir aquello de a río revuelto...
GINÉS DONAIRE
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