Un muerto en Francia por una bomba atribuida a terroristas bretones
Una bomba colocada en el restaurante de la cadena McDonald's en Quévert, cerca de Dinan (Bretaña), mató a las diez de la mañana de ayer a una joven empleada de ese establecimiento y destrozó buena parte del local. A falta de reivindicación y del análisis del explosivo utilizado, la policía francesa se inclina por atribuir el atentado al denominado Ejército Revolucionario Bretón (ARB), y en concreto al grupo Emgann (Combate), el mismo que colaboró con la organización terrorista vasca ETA en el robo de ocho toneladas de dinamita industrial el pasado 28 de septiembre en Plévin, en la misma región.
En Rennes, capital de la Bretaña, los artificieros policiales desactivaron otra bomba-trampa abandonada ante una oficina de Correos. El Ministerio del Interior reveló que la carga explosiva estaba compuesta por cartuchos de dinamita idénticos a los robados en el asalto al polvorín de la empresa Titanite, en Plévin. La bomba que mató a la empleada de McDonald's estalló en la ventanilla exterior que permite servir a los clientes de los coches. La onda expansiva, potentísima, arrojó a la mujer hacia el interior del establecimiento, ocupado en ese momento por media docena de clientes y otro empleado. La similitud entre ambas acciones y su coincidencia temporal permiten a la policía suponer que ambas son obra de un mismo grupo. "El atentado de Dinan reviste una particular gravedad porque llega tras una serie de tentativas y acciones", indicó el Ministerio del Interior. El mismo establecimiento McDonald's fue ya tiroteado la noche del 9 al 10 de marzo en una acción no reivindicada.
A juicio de expertos policiales franceses, el atentado se inscribe en lo que puede ser considerada como una acción oportunista para granjearse simpatías entre los sectores de la población críticos con la proliferación de este tipo de restaurantes de comida rápida. Según ellos, el hecho de que ayer no fuera reivindicado el atentado se explica, quizás, por las dificultades que entraña responsabilizarse públicamente de la muerte de la empleada. El atentado, el primero que ocurre en Dinan en los últimos 30 años, dejó estupefactos a los habitantes de la zona. El conjunto de las autoridades y de los cargos políticos expresó su horror, su consternación y su inquietud.
La probada colaboración de los activistas del Ejército Revolucionario Breton (ARB) con ETA preocupa y mucho a los responsables policiales y judiciales franceses. El robo de las casi ocho toneladas de dinamita fue reivindicado por el ARB pese a que el peso de la acción y la mayor parte del explosivo pasó a manos de la organización terrorista vasca. A pesar de las operaciones policiales francesas y españolas que permitieron detener a algunos de los autores del robo y recuperar gran parte de la dinamita, ETA se ha servido de ese explosivo para llevar a cabo la ofensiva que puso fin a la tregua de 18 meses. El coche-bomba que mató al teniente coronel del Ejército Pedro Antonio Blanco, así como el que acabó con la vida del dirigente socialista vasco Fernando Buesa y su escolta, un agente de la policía autonómica vasca, estaban cargados con dinamita de Plévin.
ETA y el ARB tienen todavía en su poder 3.000 kilos de los explosivos robados, según datos recopilados por la agencia Vasco Press. El ARB también lo ha utilizado en las acciones, hasta ahora incruentas, realizadas tras el robo. Precisamente, las características de los atentados, bombas-trampa abandonadas en lugares públicos, hacen temer una radicalización del nacionalismo bretón que no pocos expertos consideran inducida.
Presionar a Francia
Más allá de los problemas de abastecimiento de explosivos, la colaboración entre ETA y los grupos armados nacionalistas en Francia responde al propósito de los terroristas vascos de presionar al Ejecutivo de París por vía interpuesta. Ya en 1994 los agentes franceses descubrieron en el piso que ocupaban los responsables de la "oficina política" de ETA en París textos internos en los que se propone "hacer pagar" a Francia la colaboración antiterrorista que presta al Gobierno de Madrid. Los expertos policiales están convencidos de que, además de participar en acciones conjuntas, ETA ofrece adiestramiento a los activistas bretones.
El movimiento de oposición a la 'comida basura' condena el atentado y se desmarca de la acción
José Bové, el personaje que encarna en Francia la oposición activista civil contra la mundialización liberal y lo que los franceses llaman la malbouffe (la comida basura), denunció ayer en duros términos el atentado contra el restaurante McDonald's de Quévert. "Denuncio y condeno de la manera más firme lo que acaba de pasar en Bretaña", afirmó tras señalar que la Confederación Campesina que preside está "impresionada por el atentado y muestra su apoyo con la familia de la víctima". La acción terrorista de Bretaña supone un golpe bajo para las organizaciones de agricultores y ecologistas que luchan contra lo que la firma McDonald's simboliza para una parte de la población francesa. Es un golpe bajo porque la oleada de descalificaciones suscitada por el atentado terrorista puede alcanzar a este hombre, que actúa a cara descubierta y se responsabiliza siempre de lo que hace.
En agosto pasado, José Bové encabezó al grupo de sindicalistas agrarios que desmontó un restaurante McDonald's en Millau, población en la que reside. La fotografía que le mostró esposado camino de la prisión actuó de detonante de un amplio movimiento social, plasmado luego en las negociaciones de la Organización Mundial de Comercio de Seattle, donde Bové alcanzó renombre internacional. El pasado 3 de abril Bové participó en otro acto de protesta en la localidad de Avranches, frente a un establecimiento en construcción de la cadena para denunciar su "uniformización de la alimentación y la agricultura".
Lionel Jospin, el primer ministro francés, almorzó con Bové recientemente en un gesto de reconocimiento. Su sindicato, de vocación ecologista, subrayó ayer las distancias que separan "la acción simbólica" de Millau, "sostenida y comprendida por buena parte de la población", y "el acto terrorista" de Dinan; las diferencias que separan radicalmente "el combate sindical y no violento" y una "actuación criminal".
En un nota pública difundida a media tarde, la Confederación Campesina afirma que el atentado ciego y criminal de Dinan sólo puede suscitar asco y condena. El rechazo a McDonald's ha sido manipulado con otros fines, subrayan.
Otros 40 jóvenes, detenidos en nuevos sucesos violentos en Lille
La violencia desatada en Lille tras la muerte del joven argelino Riad Hamlaoui, a quien mató la policía de un disparo en la nuca, se ha extendido a otras zonas suburbiales de la ciudad. Una treintena de coches particulares ardieron durante la noche del martes al miércoles a manos de grupos organizados de jóvenes que descargan igualmente su odio contra comercios, edificios e instalaciones públicas. Unos 40 jóvenes fueron detenidos a lo largo de la madrugada de ayer, pese a que los efectivos antidisturbios de las Compañías Republicanas de Seguridad (CRS) evitaron entrar al quite para no incrementar la tensión. En la barriada de Lille-Sur, donde vivía la víctima, los manifestantes parecieron atender por primera vez los ruegos de la familia de Riad Hamlaoui y las pláticas del rector de la mezquita local para que se respetara el duelo. Es una calma extremadamente frágil porque al rencor social se une el sentimiento de discriminación por los orígenes y porque el fatalismo parece haberse instalado en el barrio por mucho tiempo.
Gestos conciliadores
El ministro de Interior, Jean-Pierre Chevènement, y la titular de Trabajo y teniente alcalde de la ciudad, Martine Aubry, multiplican los gestos conciliadores y de solidaridad con la familia de la víctimas y con el barrio. Chevènement trata de conciliar la condena rotunda de la actuación policial -"No hay justificación posible. El robo de un coche no justifica la utilización de un arma de fuego. Yo acepto mi responsabilidad"- con una actitud receptiva hacia los problemas que los agentes que se encuentran sobre el terreno: "Sin duda, es la reacción de pánico en la noche lo que explica que el policía haya actuado de manera tan desgraciada", dijo ayer el ministro.
El cadáver del joven argelino sorprendido por la patrulla policial en el interior de un coche robado será enterrado hoy en Argelia. Ayer fue despedido como un mártir del barrio, en presencia del cónsul de Argelia, Mohamed Antar Daoud, del prefecto de la región y de otras autoridades locales que tratan de evitar a toda costa que la fractura social sea irreversible. "Vuestro hijo era un hijo de Lille, de esta comunidad que formamos todos", dijo el alcalde de la ciudad y ex primer ministro, el socialista Pierre Mauroy.
A medida que se rebaja la tensión, los habitantes de Lille-Sur extraen también sus conclusiones de la violencia vivida estos días. "No son los coches quemados o las comercios saqueados los que devolverán la vida a Riad", indicó el cónsul argelino.
Los barrios que rodean a las ciudades francesas, poblados de gentes de origen inmigrante, viven atrapados entre la marginación y la desconfianza al sistema, y las actuaciones de las bandas de delincuentes locales.
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