Barrios cofrades
Sol y retrasos. Son las dos características tradicionales del Miércoles Santo sevillano. El día de ayer las cumplió a rajatabla. La tarde fue espléndida y el sol brilló a su antojo, sacando a la calle las primeras mangas cortas de la semana. Y las pobladas filas de nazarenos de las hermandades que procesionaron causaron las habituales esperas a la entrada de la carrera oficial en la Campana. A las 20.00 ya se acumulaban más de 20 minutos de retraso.La del miércoles es una jornada en la que barrios muy populares se acercan al centro histórico de la mano de sus hermandades. La Sed, la cofradía que viene de Nervión, fue la primera en salir a la calle. Lo hizo cuando se cumplía el mediodía y con dirección hacia el hospital de San Juan de Diós, tradicional parada de la Hermandad.
Otro barrio, el de San Bernardo, revivió como lo hace cada Miércoles Santo, como si fuese un milagro, para acompañar a sus imágenes, el Cristo de la Salud y la Virgen del Refugio.
De San Lorenzo salió el Buen Fin y de Feria llegó La Lanzada. Dos barrios muy céntricos pero con identidad propia. Igual que el del Arenal, que se echó a la calle para acompañar a la impresionante imagen de la Piedad del Baratillo. El último tramo de la jornada lo cerraron Las Siete Palabras, Los Panaderos y el Cristo de Burgos.
Del anecdotario de cada tarde cabe rescatar el pequeño incendio que sufrió el edificio del Ayuntamiento. Los bomberos tuvieron que intervenir para apagar el pequeño fuego que provocó una colilla mal apagada en una bolsa de basura.
La huelga de empleados del alumbrado público continuó provocando bellas estampas de las hermandades por su paso a oscuras por la Campana.
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