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Entrevista:ALEJANDRO ROJAS-MARCOS PRESIDENTE DEL PARTIDO ANDALUCISTA

"Es una renovación espectacular que la cara del andalucismo ya no sea Pacheco "

Alejandro Rojas-Marcos, según los socialistas, ha sido el negociador más duro del nuevo pacto de coalición. Tenía claro lo que quería: que el PA participara en las grandes decisiones del Gobierno andaluz.Pregunta. Ha dicho que al PA le interesaba estar en la oposición, pero Andalucía necesitaba el sacrificio del PA. ¿Ha sido realmente este pacto un sacrificio?

Respuesta. En los próximos años el PA tiene unas posibilidades excepcionales para ser la fuerza determinante del Gobierno andaluz. Por tanto, escogiendo bien al candidato a la Junta, y con una campaña de cuatro años para fortalecerlo, en las elecciones del 2004 podemos sacar entre 15 y 20 diputados. Y con esa fuerza, tener la presidencia de la Junta. Entonces, en esta estrategia podría convenir al PA tener las manos libres y quedarse en la oposición. Pero pondría en peligro la estabilidad.

P. ¿Presidir la Junta con 15 escaños?

R. ¿Por qué no? El grupo mayoritario no es el que tiene que gobernar, sino el partido que consiga una mayoría estable, y ese puede ser la tercera fuerza en votos. Casos ha habido.

P. Cuando en 1996 pactaron con el PSOE se temió que, al final, fueran víctimas del llamado abrazo del oso. ¿Ya no?

R. Vamos, el oso ha intentado el abrazo. El oso siempre hace lo mismo, porque el oso no cambia. Lo que pasa es que hemos tenido la fuerza y la inteligencia política adecuada para evitarlo. De vez en cuando, le hemos hecho cosquillas y ha aflojado el abrazo.

P. Pero las encuestas decían que el electorado no percibió que el PA dirigía dos consejerías.

R. Suele ocurrir cuando un partido, el PSOE, lleva gobernando Andalucía en exclusiva muchísimos años. Por tanto, es natural que al PA le cueste trabajo ir afirmándose, pero el segundo año no fue igual que el primero, ni el tercero que el segundo.

P. Dice que el pacto es bueno para Andalucía. ¿Y para el PA?

R. El cambio sustancial respecto al anterior es la mayor participación del PA en la política institucional del Gobierno. Ésa es la clave. Ambas fuerzas nos hemos puesto de acuerdo para que el PA participe en el diseño de las políticas de carácter general. En la etapa anterior, los socialistas no siempre nos dieron participación, y eso produjo sus problemas.

P. ¿En qué políticas intentarán influir?

R. Habrá siempre una zona que requerirá un gran esfuerzo: la que abarca la diferencia entre un partido estatalista y otro nacionalista. Nuestra actitud frente al Gobierno central no será la misma que el PSOE, esté quien esté. Nosotros nos movemos siempre en la clave andalucista, pero el PSOE tiene dos claves: la de Andalucía, más la de que quieren echar de la Moncloa al PP para entrar ellos. Ahí los dos tenemos que ser muy cuidadosos para que la coherencia no perturbe la lealtad entre ambos.

P. ¿Por qué han reclamado ustedes con tanto interés la política institucional?

R. El liderazgo del Gobierno le corresponde al partido mayoritario, pero no aceptamos que no seamos tenidos en cuenta para marcar la política institucional. ¿Qué es política institucional? Esas decisiones que no son puramente sectoriales. En los asuntos en que el Gobierno tiene que marcar una línea, nosotros tenemos que pactarla, porque si no, no la asumimos.

P. Las decisiones claves, más que institucionales, son de estrategia.

R. Para que se vea más claro: el censo o el contramedicamentazo trascienden al ámbito sectorial. Es un problema de terminología. Política institucional le llamo yo a la política que no hace un consejero por su cuenta, sino que la hace el Gobierno como institución. Lo que quiere el PA es participar en las decisiones que nos colocan frente a un tercero. Ahí el Gobierno tiene que actuar como una sola pieza, y para eso tiene que decidir como una sola pieza.

P. El proceso de negociación ha sido muy corto.

R. Toda negociación es complicada, pero, evidentemente, lo fue más hace cuatro años. Ahora nos conocemos, y hemos declarado que la colaboración de la pasada legislatura ha sido buena para los dos. No obstante, ha habido momentos delicados. En cuanto a estructura, contenidos y competencias no surgieron problemas, porque se aceptó hablar de las dos consejería que había. La pretensión del PA nunca fue excesiva, sino prudente. Sin embargo, ¿puede el PSOE marcar la política institucional por su cuenta y luego exigir que el PA sea leal? El PA está dispuesto a ser leal pero no a que el acuerdo autonómico condicione los ámbitos municipales o del Estado. Aunque eso no quiere decir que tengamos doble cara, si defendemos el censo aquí no podemos rechazarlo en Madrid. Ahí tiene que haber una coherencia.

P. Dice que no han tenido grandes aspiraciones, pero pidieron un vicepresidente y un senador.

R. No es así. En los contactos informales se habla de lo divino y de lo humano y alguien ha cogido el rábano por las hojas. Es como si yo pusiera ahora sobre la mesa que el PSOE nos ofreció la Consejería de Educación. Es muy fácil intoxicar reproduciendo comentarios que no tienen mayor importancia.

P. Antonio Ortega decía en una entrevista que el pacto anterior había servido para hacer clientela y que sólo de ideología no vive un partido. ¿Cree que se ha podido trasladar una imagen mercantil del acuerdo?

R. No. Cuando Ortega decía eso estaba hablando en términos políticos, se refería a la adhesión de los ciudadanos. Y se ha dado. Que el PA haya sido capaz de gobernar con eficacia, y en andaluz, ha aumentado la adhesión política de los ciudadanos al PA. No tiene nada que ver con algo de compra y venta.

P. Ya, pero si se dice eso, y después el vicepresidente de su partido, Pedro Pacheco, habla de mercadeo, y acusa a la dirección de colocar a los amiguetes...

R. Cualquier conflicto interno que tenga trascendencia hace daño a los partidos, familias o empresas. Entre el partido y Pedro Pacheco hay un conflicto, pero hay dos partes. Por una, el partido, que ni responde, ni ataca, ni insulta, ni dice todo lo que podría decir. Y por otra, Pacheco, que sí lo hace. Nosotros lo lamentamos y le pedimos disculpas a los ciudadanos, pero no podemos impedir que un ciudadano diga lo que cree conveniente.

P. Podrían expulsarle.

R. Creemos que en un momento previo a un congreso, la vía disciplinaria no sería buena.

P. ¿Y no sería mejor adelantar el congreso para cerrar esta batalla espectacular?

R. El ideal es que ese terrible espectáculo nunca se hubiera producido, y como lo ha hecho, que dure lo menos posible. Para el congreso hay un plazo de tres meses desde que se convoca y, si se hace ahora, caería casi en agosto. Es una etapa vacacional y sería un problema.

P. Los llamados renovadores de su partido plantean que los líderes históricos, como usted, den paso a aires nuevos.

R. Vamos a distinguir. Todo el mundo proclama la renovación, la ejecutiva habla de eso y también los disidentes. Hay una gran mayoría que está de acuerdo con la dirección y, por ejemplo, de las elecciones para acá, el PA ha pegado un cambio en la línea de la renovación espectacular. La cara del andalucismo en el Parlamento desde 1986 ha venido siendo Pedro Pacheco, y ahora se ha decidido que no lo sea. Eso es una renovación espectacular. Más que renovación, es auténticamente revolucionario. Que la cara en el Congreso, que siempre he sido yo, sea ahora José Núñez, también. Eso lo hemos hecho en 15 días.

P. Los críticos sostienen que, para que haya consenso, usted no debe repetir como presidente y Ortega como secretario general

R. Que haya una sola candidatura es lo ideal, pero no a cualquier precio. Si el precio es una dirección desestabilizada, porque se ha sacrificado todo a la integración, no es bueno.

"Para que el Gobierno pueda actuar como una sola pieza, tiene que decidir como una sola pieza"

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