CiU derrota las enmiendas de la izquierda al presupuesto de la Generalitat gracias al PP
Fue un rodillo, rápido y al grano. En unas cuatro horas de debate, el Gobierno de Jordi Pujol consiguió derrotar las enmiendas a la totalidad de los presupuestos de la Generalitat para el año 2000 con los votos del PP, agradecidos por el consejero de Economía, Artur Mas. Las tres enmiendas de la izquierda (IC-V, PSC y ERC) eran derrotadas por ese 68-66, sin abstenciones, que comienza a ser un clásico del parlamentarismo autonómico catalán. Pasqual Maragall, portavoz de PSC-Ciutadans pel Canvi, criticaba el apoyo "gratis" del PP catalán a sus ex socios de CiU.
El debate de las enmiendas a la totalidad fue desvaído y mecánico. Los votos de CiU con el apoyo de los del PP catalán desmontaron en poco tiempo las enmiendas a la totalidad de la izquierda, presentadas por Rafael Ribó, presidente de Iniciativa per Catalunya-Verds (IC-V); Pasqual Maragall, portavoz del PSC-Ciutadans pel Canvi, y Josep Huguet, portavoz de Esquerra Republicana (ERC).El consejero de Economía de la Generalitat, Artur Mas, y el diputado popular Josep Maria Fabregat crearon un clima de apoyos cómodo para el Gobierno de Jordi Pujol, con promesas de colaboración futura y un amplio entendimiento sólo enturbiado por la exigencia de Mas de alcanzar un compromiso para definir un nuevo sistema de financiación pactado con el PP. El consejero de Economía afirmó: "Mientras Cataluña no disponga de un sistema de financiación más justo no podremos dar respuesta a las aspiraciones y a los retos de la sociedad catalana".
La izquierda también demanda un nuevo sistema de financiación y cuestiona el actual por insuficiente, aunque considera que el modelo no deben negociarlo José María Aznar y Jordi Pujol, sino todas las fuerzas políticas catalanas y el Gobierno del PP.
El representante de CiU en el debate resumió la posición de los nacionalistas asegurando: "No tenemos ningún motivo para dejar de colaborar con el PP, que en estos últimos cuatro años ha apoyado los presupuestos y se ha hecho corresponsable de nuestra política presupuestaria".
El estrecho margen de 68-66, sin abstenciones, volvió a subir al marcador del hemiciclo catalán. Rafael Ribó, Pasqual Maragall y Josep Huguet, representantes de IC-V, PSC-Ciutadans pel Canvi y ERC, respectivamente, vieron como el rodillo derrotaba sus enmiendas a la totalidad.
El debate de ayer dejó tras de sí constancia de que las tres formaciones de izquierda admiten la insuficiencia del sistema de financiación, pero rechazan las soluciones acordadas entre CiU y el PP.
Los presupuestos fueron criticados por escasos en la inversión y por poco serios en el endeudamiento, que los tres defensores de las enmiendas a la totalidad consideraron excesivo. La izquierda acusó al Gobierno de Jordi Pujol de "centrifugar" el endeudamiento escondiéndolo en organismos y empresas públicas que no consolidan los objetivos de déficit público exigidos por Bruselas.
Mas polemizó con Maragall sobre el endeudamiento de la Generalitat, 2,2 billones de pesetas a juicio del ex alcalde de Barcelona, y 1,3 billones según Mas, una vez descontadas las empresas públicas. Maragall denunció pérdida de peso económico de Cataluña por una acción de gobierno "poco enérgica" y que no apoya con hechos la economía productiva.
Ribó calificó de "desmadre" los gastos corrientes de la Generalitat y criticó "la tozudez de gobernar a cualquier precio y de manera prepotente" del Gobierno de CiU. Huguet afirmó que los presupuestos de Pujol refuerzan una situación que consolida una "Cataluña de peaje".
La oposición coincidió en criticar especialmente "la escasez de recursos" con que nace el nuevo Departamento de Universidades, Investigación y Sociedad de la Información, cuyas competencias hasta ahora pertenecían a Presidencia, así como la política del Instituto Catalán de la Mujer.
Tras el debate de las enmiendas a la totalidad, el diputado del PSC Joan Ferran exigió "responsabilidades políticas" al ex director general de la Corporación Catalana de Radio y Televisión (CCRTV) y actual consejero de Cultura, Jordi Vilajoana, por la deuda acumulada de TV-3 y Catalunya Ràdio, que se eleva a 105.000 millones. Durante el debate de las enmiendas presentadas al presupuesto del Departamento de Presidencia, al que pertenece la CCRTV, Ferran aseguró que Vilajoana "es responsable de este agujero económico" generado durante sus años de gestión del organismo.
Los gastos destinados a protocolo y representación del Departamento de Presidencia, que dirige Joaquim Triadú, también fueron objeto de denuncia por su "opacidad" y porque esta partida, de 160 millones de pesetas, parece "injustificada".
PASA A LA PÁGINA 4
Maragall presenta un presupuesto alternativo con un ahorro de 45.000 millones de pesetas
VIENE DE LA PÁGINA 1 El portavoz del PSC-Ciutadans pel Canvi, Pasqual Maragall, afirmó ayer en el debate de las enmiendas a la totalidad de los presupuestos del año 2000 que "éstos no son los presupuestos que Cataluña necesita" y los calificó de estrechos para abordar los retos del futuro.
Maragall presentó una alternativa de presupuestos que fue descalificada por Mas, quien la consideró "de imposible aplicación". El portavoz socialista criticó la actual situación política, "en la que unos [CiU] actúan por supervivencia y otros [el PP] sonríen y los apoyan por deporte", y apeló al sentido de los diputados del PP y les reprochó que votaran "gratis" los presupuestos de Pujol para el año 2000.
Asimismo invitó a los diputados del PP a sumarse junto con los partidos de izquierda a lo que llamó "una propuesta catalana", un gran acuerdo entre todos los partidos catalanes para plantear al Gobierno central de forma conjunta una mejora del autogobierno.
El portavoz de los socialistas criticó la inacción de la Generalitat en sectores como la sanidad, la alimentación y el ocio, "sobre los que tiene plenas competencias" y que disparan la inflación catalana por encima de la media española. También denunció la escasez de inversiones públicas en estos presupuestos y un menor impulso en la creación de empleo comparado con el de otras autonomías, como Madrid, Andalucía y Valencia.
El presupuesto alternativo que los socialistas catalanes proponen fija en 45.000 millones de pesetas el ahorro en gastos de funcionamiento. Pasqual Maragall resumió su posición sobre los presupuestos afirmando: "Las inversiones son pocas, los gastos corrientes están descontrolados y el endeudamiento es descomunal". Maragall denunció "mala gestión" en la Generalitat porque los gastos de funcionamiento por habitante son superiores a los de otras autonomías con similares competencias. También criticó al Gobierno catalán por no impulsar con hechos la economía productiva y no potenciar una "cultura informática" para hacer frente a la sociedad de la información. Según Maragall, Cataluña necesita un plan estratégico contra la inflación y que desarrolle la competitividad. También se planteó "el inexplicable retraso de infraestructuras pendientes", entre las que citó el tren de alta velocidad, la ampliación del aeropuerto de Barcelona, el plan del delta del Llobregat, la ampliación del puerto de Barcelona y el de Tarragona, y el cableado con fibra óptica.
Rafael Ribó, representante de IC-V, calificó de "insostenible" el presupuesto presentado por el Gobierno catalán y denunció que éste depende de los votos del PP tras el "fracaso" de la coalición nacionalista en las elecciones del pasado 12 de marzo. CiU ha dejado de ser decisiva y no puede pedir nada a cambio, dijo.
También afirmó que los presupuestos de la Generalitat -que se aprueban con retraso por las elecciones autonómicas del pasado mes de octubre- son "estrechos" y advirtió de que la Generalitat puede acabar en "quiebra" si el panorama no cambia y se entra en una pequeña recesión económica.
La Cataluña de peaje
El representante de ERC, Josep Huguet, redondeó una de las frases más celebradas en el debate al afirmar que estos presupuestos consolidan "una Cataluña de peajes", ironizando al comparar la situación de CiU respecto al PP con la abundancia de autopistas privadas fomentadas por el Gobierno de la Generalitat. El portavoz de ERC acusó de "frentismo" a CiU porque se refugia en el apoyo del PP y echó en cara al Gobierno de Pujol que no estudie otras mayorías distintas de la que le proporciona esta formación (ERC tiene igual número de diputados que el PP: 12).
Los tres representantes de la izquierda coincidieron en reprochar al Gobierno nacionalista la pérdida de poder empresarial de Cataluña. Maragall lo concretó reclamando acciones que "eviten que se marchen, a menudo a Madrid, empresas medianas y grandes".
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