DORMIR BIEN

Como tantos otros de sus compañeros, el ya ex embajador francés en la ONU Alain Dejammet se ha despedido de su puesto en Nueva York publicando un libro. La cosa hubiera pasado casi inadvertida, con perdón, si no fuera porque se trata de una obra sumamente original, muy práctica, que quedará sin duda en los anales de las Naciones Unidas. La primera edición se ha agotado en cuestión de días, y eso que la distribución se lleva a cabo de manera soterrada, sin publicidad ninguna. Se trata de una guía, irónica desde luego, pero muy lúcida, que muestra los mejores lugares de la ONU para poder dormir a pierna suelta, a cubierto de los ruidos, del trasiego y de los pesados de turno. Alain Dejammet sabe de lo que habla. Es una guía muy completa, con estrellas, hasta cuatro, asignadas a cada estancia, que detalla, y califica la comodidad de los sillones y sofás, el grado de silencio, el acierto del hilo musical y la estética circundante. Cada descripción de la sala incluye comentarios útiles. Así, por ejemplo, el ex embajador francés advierte de las dificultades para encontrar plaza en el pasillo situado entre el Consejo de Seguridad y el Consejo de Tutela, un lugar "agradable" que él califica con dos estrellas. Dejammet aprecia mucho la calma absoluta que reina en la biblioteca del servicio jurídico, pero previene a los no iniciados con el peligro de ronquidos permanentemente instalados en ese lugar. Su juicio parece marcado por la objetividad, salvo por el detalle de que la estancia que recibe la máxima puntuación, "un lugar mítico donde todo es lujo, calma y voluptuosidad", no es otra que el pequeño despacho de la delegación francesa. Sabe de lo que habla.- ,