CCOO inicia hoy un congreso marcado por el relevo de Gutiérrez en la secretaría general

El sindicato CCOO abre hoy su VII Congreso Confederal marcado por la marcha de Antonio Gutiérrez como secretario general y su relevo por José María Fidalgo, el candidato que propone el sector mayoritario. En los debates, que se prolongarán hasta el próximo sábado, la central decidirá la estrategia futura, y sancionará la de los últimos cuatro años, en los que el diálogo ha primado sobre el enfrentamiento. El balance corresponde hacerlo a los 1.000 delegados (770 hombres y 230 mujeres) que participan en representación de 800.000 militantes al corriente de pago, un 10% más que hace cuatro años.

Con la política sindical basada en la negociación, Antonio Gutiérrez ha dado en su último mandato un vuelco rotundo respecto a los ocho años anteriores, y ha firmado una decena de acuerdos con el Gobierno del PP y con la patronal CEOE. Asimismo, en esa etapa CCOO ha pasado a convertirse en el primer sindicato español.En el informe de gestión que presenta al congreso, Gutiérrez califica el diálogo con los empresarios y el Ejecutivo como "una negociación compleja", aunque añade que se trata de "una cuestión estratégica para el futuro del movimiento sindical", con la que pretenden lograr "ser capaces de hacer frente a los principales problemas de los trabajadores y hacerlo garantizando que el sindicato gana capacidad contractual".

En su análisis de las relaciones con el Gobierno del PP, el sindicalista afirma que la legislatura ha coincidido con una fase alcista del ciclo económico. Eso, unido a que en 1996 no obtuvo mayoría absoluta y requirió otros apoyos parlamentarios, son los dos factores que, a juicio de Gutiérrez, han provocado que "sin abdicar de un sesgo más derechista que de centro en la acción de gobierno, no se hayan producido en esta legislatura agresiones equivalentes a las que en su día representaron la reforma de las pensiones de 1985, el recorte del desempleo en 1992 o la reforma laboral de 1994".

Sobre la unidad sindical con UGT, el secretario general saliente de CCOO manifiesta que se trata de "una necesidad ineludible", aunque no ignora los problemas que han atravesado en el último año y medio las dos centrales. En su opinión son "arañazos superficiales en comparación con los vínculos que nos unen".

El balance de esa estrategia corresponde hacerlo ahora a los 1.000 delegados que participan en el congreso. Los debates no parecen presentar especiales problemas en el seno del sector mayoritario de la central, una vez que ha logrado cerrar el enfrentamiento vivido en los meses pasados a la hora de decidir el candidato a futuro secretario general. El precandidato alternativo, Ignacio Fernández Toxo, secretario general del metal, ha dado por cerrado ese contencioso, aunque ha rehusado entrar en la dirección confederal como miembro del equipo de Fidalgo.

Con el sector crítico, el desarrollo del congreso puede reproducir los duros encontronazos de los últimos cuatro años. Uno de sus dirigentes, Agustín Moreno, los ha comparado con "una caza de brujas", y asegura que se trata de "una falta de respeto a la pluralidad jamás vivida". Pese a ello, confía en que la sustitución de Gutiérrez por Fidalgo "abra las puertas a la normalización interna". El respaldo de los críticos, que en el pasado congreso estaba en el 33%, se ha reducido en torno a cinco puntos.

Ese debate puede ser seguido en directo a través de Internet. En directo, la sesión inaugural de hoy será escuchada por los representantes de los partidos. La delegación del PP estará encabezada por su secretario general y ex ministro de Trabajo, Javier Arenas; la del PSOE por quien fue también titular de Trabajo Luis Martínez Noval, y la de Izquierda Unida, por Julio Anguita. Además de Arenas, acudirán los dos ministros de Trabajo que le han sucedido en el cargo: Manuel Pimentel y el actual responsable de la cartera, Juan Carlos Aparicio, en su caso como uno de los oradores invitados que participarán en la sesión inaugural, junto al presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, y los dirigentes de la Confederación Europea de Sindicatos, UGT, OIT y CIOSL.