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Rambla se desmarca de la gestión de Olivas y ofrece a las Cortes transparencia contable

Vicente Rambla, consejero de Economía y Hacienda, acudió ayer a las Cortes para explicar la liquidación del presupuesto de 1998, que se saldó con un superávit de 700 millones de pesetas, y un acuerdo del Consell, adoptado apenas unos meses más tarde, que congelaba todas las inversiones no comprometidas para hacer frente a gastos que se arrastraban de años anteriores. Rambla afrontó la evidente contradicción entre ambos actos con buenas palabras pero aprovechó para desmarcarse de su predecesor en el cargo, el actual vicepresidente primero José Luis Olivas.

"Desde que estoy yo" al frente de la Consejería de Hacienda, dijo Rambla, "disponen ustedes de información contable suficiente o, por lo menos, de la que legalmente estamos obligados a servir a estas Cortes". Para redondear la frase, Rambla bromeó sobre la capacidad de la oposición para "asimilar" el volumen de datos que remite Hacienda a los grupos parlamentarios. Sin embargo, el actual responsable de las arcas de la Generalitat desde el pasado mes de julio puso de manifiesto una evidente ruptura con el proceder de su antecesor y dejó entrever que la transparencia no era precisamente la característica de la gestión de Olivas como consejero de Hacienda.El contenido de las dos comparecencias que afrontó Rambla en la misma sesión parlamentaria resultaba contradictorio. El consejero de Hacienda explicó que las cuentas de 1998 se cerraron con un ligero superávit y luego justificó un acuerdo del Consell adoptado el 16 de agosto de 1999, sólo seis meses más tarde, que le permitió recortar las inversiones previstas para afrontar gastos ineludibles que se arrastraban del año anterior y que cifró en 26.743 millones de pesetas.

Cristina Moreno, portavoz del PSPV, insistió en poner de manifiesto el "descontrol" de las cuentas de la Generalitat, el diferente compás de los bailes de cifras según las circunstancias y llegó a proponer un "plan de viabilidad" para evitar una presumible quiebra de las arcas de Hacienda.

Moreno recordó que el informe de la Sindicatura de Cuentas referido al ejercicio de 1998 detectó gastos sin contabilizar por encima de los 70.000 millones de pesetas. "Llega un momento en que no les cuadran las cuentas y no anotan los gastos", sintetizó.

Peligro

También subrayó "el peligro" que entraña el hecho de que los farmacéuticos nunca dejaran de cobrar la factura correspondiente a los medicamentos que dispensan con receta a pesar de que los fondos previstos en el presupuesto ya se hubieran agotado. Moreno denunció la recalificación de más de 100.000 millones de deuda de corto a largo plazo y concluyó que el Consell cuadra el presupuesto a "martillazos".

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Joan Antoni Oltra, de Esquerra Unida, puso el enfásis en el "engaño" a la opinión pública que supone liquidar un presupuesto con un ligero superávit para recortar las inversiones una vez superadas las últimas elecciones autonómicas. Oltra también recurrió a la Sindicatura de Cuentas para destacar el volumen de gastos que no se contabilizaron durante 1998 y alertó sobre los riesgos de falsear las cuentas: "La deuda es como el embarazo, que no se puede ocultar". Entre bromas, Oltra apuntó que las cuentas oficiales "tienen más maquillaje que una drag queen". El portavoz de EU también hizo hincapié en la dirección interesada de los recortes presupuestarios para debilitar los servicios públicos.

Ambos señalaron a Olivas como responsable del contenido de ambas comparecencias y deslizaron que el actual vicepresidente eludía su responsabilidad. Su insistencia enojó a Ricardo Costa, del PP, quien recriminó a la oposición por apuntar hacia el actual vicepresidente. Sin embargo, permitió a Rambla desmarcarse de su predecesor con toda naturalidad.

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