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La primera Operación After-Hours se salda con 52 locales denunciados

La Guardia Urbana de Barcelona realizó 172 inspecciones en otros tantos locales en la noche del sábado al domingo. El saldo final de la operación fueron 52 denuncias por diversas irregularidades administrativas: desde superar los horarios permitidos hasta admitir mayor número de personas de las que caben en el local, pasando por puertas de salida de emergencias semibloqueadas con cajas de bebidas y otros elementos.Ayer se impusieron 46 denuncias que se suman a las seis de la noche del viernes al sábado, primera de la Operación After-Hours, tras la muerte de Carlos Javier Robledo a manos de un grupo de agresores que lo golpearon hasta la muerte.

Familiares y amigos de la víctima, vecinos de la zona de Vila Olímpica, donde se produjo la agresión, y personas contrarias a este tipo de actos se manifestaron ayer en Barcelona, desde el punto donde cayó Carlos Javier Robledo hasta la plaza de Sant Jaume, pasando por la Delegación del Gobierno en Cataluña, donde los manifestantes entregaron un manifiesto contra este tipo de conductas y reclamaron que la operación contra los after no se limite a las pocas semanas en las que se mantenga viva la repulsa por la agresión, sino que sea continuada.

El concejal del distrito, Francesc Narváez, aseguró que no hay locales after, sino locales que incumplen la normativa y abren fuera de las horas que tienen establecidas. La manifestación discurrió bajo el lema Basta a la violencia y los asistentes portaban pancartas en las que se recordaba al fallecido, algunas con grandes fotografías de la víctima.

El presidente de la asociación de vecinos de la Vila Olímpica, Jordi Giró, aseguró que se alegraba de la actuación desplegada por las autoridades pero destacó que, hasta ahora, se habían mostrado escasamente activas y sensibles a los problemas denunciados.

PASA A LA PÁGINA 4

Carmen Secanella

Maragall reclama control sobre contenidos televisivos para atajar la violencia creciente

VIENE DE LA PÁGINA 1 El presidente del grupo Socialista-Ciutadans pel Canvi (PSC-CpC), Pasqual Maragall, reclamó ayer nuevas atribuciones para el Consejo Catalán del Audiovisual con el fin de atajar el problema de la violencia juvenil. Maragall pidió que el consejo tenga potestad para supervisar los contenidos de los programas y no sólo para determinar la composición de los órganos de control de los medios audiovisuales.

Con el telón de fondo del homicidio de un joven de Santa Coloma de Gramenet hace unos días en la Vila Olímpica, Maragall se mostró partidario de atajar de raíz el problema de la violencia, pero apostando por soluciones que vayan más allá de las operaciones policiales. "Hay que ir a la raíz de la cultura de la violencia", señaló el líder electoral del PSC. Y una de estas raíces se encuentra, a juicio de Maragall, en la violencia televisiva, en concreto en las numerosas series y películas norteamericanas. Por todo ello, Maragall considera que el Consejo del Audiovisual "tendría que decir alguna cosa sobre los contenidos", informa Manel Torres.

El problema de la violencia, aseguró Maragall, requiere también otras medidas. Una de ellas, avanzó el presidente del grupo parlamentario del PSC, debe ser una ley de las grandes ciudades, las de más de 350.000 habitantes, para que tengan justicia local. Maragall puso como ejemplo el hecho de que hacer una pintada esté incluido en el Código Penal y, por tanto "sea juzgado por jueces nacionales". En este sentido, indicó Maragall, "estamos equivocando el lugar de la decisión política".

Por último, Maragall hizo votos para que la Conferencia Nacional de Educación aproveche para incluir programas piloto en los centros de enseñanza secundaria sobre el tema de la integración social.

En consonancia con las declaraciones de Maragall, Francesc Narváez advirtió de que la vigilancia por sí sola no es un remedio contra la violencia y se requiere, en paralelo, un actuación social fiel al espíritu, dijo, de la manifestación celebrada ayer contra las actitudes violentas.

Mientras tanto, sin embargo, la operación policial se mantuvo y logró una noche "tranquila", según la propia Guardia Urbana, que además de las inspecciones a locales efectuó un total de 165 pruebas de alcoholemia, 12 de las cuales dieron resultado positivo. Tres personas fueron detenidas por conducir en evidente estado de ebriedad.

Los dos jóvenes que acompañaban a Carlos Javier Robledo el sábado 1 de abril, cuando fue asesinado en la Vila Olímpica de Barcelona, acudieron ayer por la mañana con su padre (son hermanos) al juzgado citados por el magistrado Adolfo Fernández Oubiña, que lleva el caso.

Tras una entrevista con el magistrado, los dos jóvenes fueron a ver al forense para que les realizara una revisión, ya que también fueron golpeados por los agresores que acabaron con la vida de Carlos Javier Robledo.

El portavoz de la familia de la víctima, Antonio Peña, volvió a criticar ayer la lentitud de la actuación policial.

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