"Queremos verle la cara, señor Villalonga"
"Queremos verle la cara, señor Villalonga", espetó un accionista que habló en el turno de ruegos y preguntas. "Buenos días a todos y a la pantalla", saludó otro. Por tercer año consecutivo, Telefónica habilitó dos salas para celebrar su junta. Y al menos una decena de asistentes a la sala virtual aprovechó el uso de la palabra para cargar contra el consejo de administración, al que veían a través de pantallas, por la división. "Todavía hay clases y estamentos", sentenció el señor Navarro, uno de los intervinientes.El acto estaba organizado de tal forma que sólo un grupo de invitados escogidos, entre los que figuraba el asesor del presidente del Gobierno Pedro Arriola, y los medios de comunicación tuvieron acceso a la sala donde se sentó el consejo.
Leves incidentes
Bastaba una chispa para que alguno de los asistentes a la sala B estallara y la tensión subió sólo al final de la junta. Durante una de las intervenciones, un reducido grupo de asistentes arremetió y retiró el micrófono a un accionista que exhibía gráficos con las supuestas virtudes de la agresiva publicidad que hacen los competidores de Telefónica. Se produjo entonces un forcejeo, pero la cosas no pasaron de ahí.
Durante el incidente, la transmisión de imágenes a la sala A se interrumpió. Entonces, Villalonga, llevado por el espíritu de diálogo que dijo quiere imponer en la empresa, pidió disculpas por la división de salas. Es de esperar, por tanto, que en la próxima haya sólo una.
Ya al final del acto, Juan Villalonga llegó a pedir a los que habían protestado que pasaran a la sala principal, pero nadie acudió. A dos de los intervinientes les pidió que llamen a su secretaria para fijar una cita con él. La junta duró casi cinco horas y se celebró en el parque ferial de Ifema en Madrid.
Algunos accionistas acosaron al presidente de la operadora con preguntas bastante insólitas. Uno de ellos no se privó de preguntar por qué "en la calle Alcántara de Barcelona se está levantado el firme por obras de Telefónica". El presidente se informó y en el turno de respuestas le dijo que la situación se arreglaría en pocos días. Otros criticaron que Villalonga haya desplazado su residencia a la ciudad estadounidense de Miami y los más cargaron contra las opciones sobre acciones que cobran los directivos.
Algunos empleados-accionistas tomaron la palabra y afirmaron que se está produciendo una reducción de plantilla en el grupo. Otros accionistas cargaron contra las ampliaciones de capital, que ayer aprobó la compañía por el efecto de dilución de la rentabilidad. Los más antiguos se quejaban por la supresión del dividendo. Otro accionista anunció que había decidido impugnar la junta porque la empresa ha utilizado parte de sus reservas para aumentar los ingresos y compensar la provisión que ha hecho para reducir plantilla. Villalonga recordó que hubo una denuncia al respecto y señaló que la Fiscalía Anticorrupción está estudiando el caso.
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