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Tribuna
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Pocas alternativas

Los problemas de Microsoft se han convertido en los problemas de los mercados de valores, debido a la enorme dependencia que habían adquirido con las sociedades relacionadas con Internet. Ayer, las bolsas europeas sufrieron un serio descalabro como consecuencia de las dificultades de los inversores para asimilar lo que está sucediendo, y no sólo con Microsoft.Las alabanzas para las sociedades de las nuevas tecnologías se han convertido en serias advertencias sobre los enormes riesgos que comportan, algo que ya se había dicho, pero que casi nadie había tomado en serio. Ahora, el problema es el de establecer distinciones entre unas empresas y otras, es decir, entre proyectos con contenido implícito y aquellos otros que sólo son una cáscara que habrá que rellenar.

En principio, las empresas tradicionales aparecen como el relevo ideal por su actividad, pero eso supone volver a los esquemas de comportamiento anteriores, aquéllos que dan por buena una ganancia anual que supere en algunos puntos la rentabilidad de la deuda a medio plazo, algo impensable a estas alturas.

La volatilidad hizo caer las bolsas a primeras horas, destacando el 4,95% que bajó París y el 4,21% de Francfort. Madrid llegó a perder el 3,41%. Al cierre ninguna caída superaba el 3% gracias a la relativa tranquilidad de los mercados estadounidenses.

La deuda a 10 años marcó un nuevo mínimo anual en el 5,34% en el mercado secundario, lo que permitió al Tesoro público reducir en torno a un cuarto de punto las rentabilidades de sus emisiones a cinco y 15 años.

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