China se niega ante Europa a abrir más sus mercados para entrar en la OMC
Las negociaciones bilaterales entre la Unión Europea (UE) y China para el ingreso del país asiático en la Organización Mundial del Comercio (OMC) concluyeron ayer con un rotundo fracaso. Tras cuatro días de conversaciones en Pekín, europeos y chinos no han conseguido acercar posiciones sobre el grado de apertura del mercado chino. La delegación europea regresará a Bruselas para recibir órdenes de los Quince y poner fecha a la siguiente ronda de conversaciones, descrita por un portavoz como una "carrera de obstáculos".
El espíritu constructivo de las partes no ha sido suficiente para acercar posturas hasta alcanzar un acuerdo. "Persisten diferencias sustanciales", dijo ayer Anthony Gooch, portavoz del comisario europeo de Comercio, Pascal Lamy, quien encabezó la delegación europea. Los europeos regresarán ahora a Bruselas para consultar con los Gobiernos de la UE, en cuyo nombre negocia, y con el Parlamento Europeo, con el fin de recibir un nuevo mandato o "redefinir el enfoque futuro". El ministro de Comercio Exterior y Cooperación Económica, Shi Guangsheng, invitó al comisario a que "regrese a Pekín a negociar más adelante".Los europeos no quisieron precisar en qué cuestiones se han realizado avances ni cuáles son los obstáculos que quedan para el acuerdo final. Los observadores apuntan, sin embargo, que los puntos del desencuentro giran en torno a una serie de demandas europeas sobre la apertura del sector de la telefonía móvil, del automóvil y de los seguros. Además, la UE quiere que se rebajen los derechos de aduana para una lista de 400 productos locales, como el vino francés o el calzado italiano. Éstos son los mismos obstáculos que rompieron las negociaciones en febrero.
Se desconoce cuándo o dónde podría producirse la siguiente ronda, que Gooch describió como "una carrera de obstáculos".
Nuevo escollo
El fracaso de este diálogo supone un nuevo escollo para el rápido acceso de China a la OMC, ya que retrasará semanas, si no meses, la firma del pacto bilateral entre Pekín y Bruselas, el más espinoso de los 10 que todavía le quedan por firmar a Pekín. Ni siquiera la intervención del primer ministro chino, Zhu Rongji, quien se entrevistó con Lamy el miércoles, pudo rebajar las peticiones de la UE, que perseguía un acuerdo al menos tan ventajoso como el obtenido por EEUU el pasado 15 de noviembre.
"La importancia del comercio entre la UE y China exige que el paquete final sea equilibrado", agregó Lamy. El comisario ya advirtió, a su llegada a Pekín, que iba "a negociar, no sólo a firmar", y que no tendría problema en marcharse si la propuesta de China no era "satisfactoria".
Con un intercambio comercial por valor de 55.676 millones de dólares estadounidenses, la UE es el tercer socio en importancia de China, por detrás de EEUU y Japón. China posee el mayor mercado potencial del mundo, con 1.250 millones de consumidores, que se abrirá completamente al mundo tras su acceso a la OMC, lo que la convierte en un gran pastel comercial.
Sin embargo, el retraso en el pacto europeo y las dificultades para aprobar el acuerdo bilateral con EE UU en el Congreso podrían impedir a China, que lleva 14 años en la lista de espera, integrarse en la OMC antes de mediados de año. Además, Pekín también deberá alcanzar pactos con otros 10 países, entre ellos México, Malaisia, Guatemala, Costa Rica y Ecuador. "La OMC no será mundial hasta que no integre a China", según Mike Moore, director general de la organización, que este año iniciará una nueva ronda liberalizadora.
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