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Polémica en Lleida por la concesión de otros 373 millones al club de fútbol

El Ayuntamiento de Lleida, gobernado en coalición por el PSC e IC-V, ratificó ayer un polémico acuerdo de la Comisión de Urbanismo que supondrá una nueva inyección económica de más de 373 millones de pesetas para la Unió Esportiva Lleida SAD, el club de fútbol más representativo de la ciudad, que en estos momentos está con muchas posibilidades de conseguir el ascenso a Primera División. Los grupos de la oposición acusan al equipo de gobierno municipal de conceder una subvención encubierta a una sociedad anónima.La polémica no habría sido tan intensa si en este asunto no hubiera llovido sobre mojado. La generosidad demostrada por el equipo de gobierno hacia la UE Lleida ha sido extraordinaria desde 1993, año en el que consiguió el ascenso a Primera División. Desde entonces, el Ayuntamiento se ha convertido en su principal patrocinador al haberle inyectado unos 2.000 millones.

La cuantiosa ayuda aprobada ayer, a pagar en tres años, ha generado numerosas críticas en diversos ámbitos ciudadanos, donde se desconfía del verdadero destino que tendrá ese dinero. El Ayuntamiento ha justificado la medida diciendo que los 373 millones serán para pagar las obras que se realizaron el año pasado en el Camp d'Esports, de propiedad municipal, para adecuar sus sistemas de seguridad a la legislación vigente. Estos gastos no fueron sufragados por el club, sino por la Liga de Fútbol Profesional, al igual que los de otros clubes de Primera y Segunda División.

Los detractores critican que la subvención se haya concedido precisamente ahora que la situación financiera del Ayuntamiento no es la más boyante, ya que arrastra una deuda a largo plazo de 18.000 millones de pesetas, una cifra similar a la del presupuesto municipal de este año. La delicada situación económica del consistorio leridano, que impide acometer otras actuaciones necesarias para la ciudad, como la rehabilitación del centro histórico y la construcción de equipamientos culturales y deportivos, se puso de manifiesto en el pleno de ayer, donde se informó que debe a sus proveedores cerca de 500 millones de pesetas en facturas correspondientes al pasado ejercicio, por lo que se controlarán a partir de ahora los gastos que superen las 500.000 pesetas.

Para poder insuflar liquidez a las maltrechas arcas del Lleida, el Ayuntamiento ha tenido que renunciar a aumentar su patrimonio mediante la compra de terrenos, algo que la oposición reprochó en el pleno al equipo de gobierno, presidido por el socialista Antoni Siurana. Pese a las críticas, la subvención se acabó aprobando con el único voto en contra del teniente de alcalde de IC-V y socio del equipo de gobierno, Francesc Pané, y la abstención de ERC. Pané criticó la incoherencia de CiU y del PP por votar lo contrario de lo que defendían y justificó su postura diciendo que el Ayuntamiento ya ha superado con creces su cuota solidaria con el Lleida. "La ciudad no puede destinar más dinero a un club que, además, es una sociedad anónima. El esfuerzo lo han de hacer los socios", señaló.

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