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Amas de casa, SL

Mábel Galaz

Tienen en común que son paradas de larga duración, han superado en muchos casos los cuarenta y poseen una escasa formación que limita su acceso al mercado laboral. Casi todas están casadas, aunque también las hay que acaban de romper una larga relación. En cualquier caso, hace tanto tiempo que están sin trabajo que no recuerdan cuándo cobraron su último sueldo. Lo que no les falta es ilusión. Así son las mujeres que se han apuntado al proyecto Minerva, de la Dirección General de la Mujer. En unos casos lo han hecho porque sus casas se les han quedado pequeñas; en otros, porque necesitan mejorar su economía familiar.Mujeres de cinco municipios: Fuenlabrada, San Lorenzo de El Escorial, San Sebastián de los Reyes, Soto del Real y Villa del Prado, buscan a través de este plan una oportunidad. El primer paso fue asistir a algunos de los cursos de formación que se organizan en los ayuntamientos. En Fuenlabrada los hay de quiromasaje, pintura interior de edificios y técnicas decorativas y teleplancha (servicio rápido de planchado de ropa). De confección de cortinas y estores, en San Lorenzo de El Escorial. De aplicaciones de madera, en San Sebastián de los Reyes. De servicios asociados a la atención domiciliada, en Soto del Real. Y en Villa del Prado, de envasado de productos hortícolas.

No todas las mujeres que dan el primer paso de asistir a estos cursos, que tienen una duración media de dos años, siguen luego adelante. Pero el próximo lunes, las más osadas, tres mujeres de Fuenlabrada, inaugurarán un centro de terapias alternativas. Serán las primeras en dejar de ser sólo amas de casa para convertirse en empresarias o lo que ellas llaman Amas de Casa, SL.

Sagrario López Salazar ha cumplido ya los 50 años y hace casi 20 que no trabaja. "He buscado empleo, pero ¿quién me va a contratar a mí, con mi edad? Me apunté a los cursos de quiromasaje y, ¡no me lo puedo creer!, el lunes inauguro mi propio negocio". Sagrario y sus dos socias abren un centro alternativo en Fuenlabrada con lo justo. Ellas mismas han pintado y acondicionado el local, por el que pagarán 80.000 pesetas de alquiler al mes. "La gente del proyecto nos respalda, aunque no todo lo que necesitamos. Nos asesoran legalmente, pero sólo nos han proporcionado las camillas y nos ayudarán en la campaña de publicidad. El resto corre por nuestra cuenta. Estamos pasando algunos apuros porque pensábamos que nos iban a ayudar a financiarnos los primeros meses, pero a la hora de la verdad estamos solas".

Sagrario cuenta con el apoyo incondicional de su hija mayor. "Mi marido, en cambio, no dice nada, ni frío ni calor. A lo mejor es que todavía no se lo cree". Pero conforme se acerca la fecha, Sagrario ve hecho realidad su sueño. "Trabajo porque me gusta, pero sobre todo porque en casa hace falta el dinero", aclara.

"Detrás de nosotras hay otras mujeres. Las del grupo de teleplancha también están en marcha, pero su problema es que la inversión inicial es mucho mayor que la nuestra", dice Sagrario.

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Sobre la firma

Mábel Galaz
Fue la primera mujer en pertenecer a la sección de Deportes de EL PAÍS. Luego hizo información de Madrid y Cultura. Impulsó la creación de las páginas de Gente y Estilo. Ha colaborado con varias cadenas de televisión y con la Cadena Ser. Ahora escribe en El País Semanal.

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