Nueva polémica de un personaje controvertido
Francisco Arrebola, natural de Málaga, tomó posesión de su cargo como jefe superior de Cataluña en septiembre de 1996 en sustición de Túbal Fernández, un hombre que fuentes policiales situaban como próximo al PSOE. Apenas un mes después de llegar a Barcelona, Arrebola mostró un flagrante desconocimiento de la sociedad catalana al montar una espectacular y despropocionada operación nocturna de desalojo de los okupas que vivían en el desvencijado cine Princesa, en pleno corazón de la Barcelona gótica. Aquel inusitado despliegue de medios y de violencia, con profusión de pelotas de goma, helicópteros y numerosos policías lanzándose al asalto del edificio, recibió duras críticas de la sociedad catalana.
Arrebola, un personaje que gusta del contacto con la prensa, ha protagonizado desde el asalto al Princesa otros patinazos. El más significativo fue el denominado caso Raval, que en julio de 1997 fue presentado como la desarticulación de una trama de pederastia con amplios contactos internacionales y que utilizaba Internet para su supuesto comercio de pornografía infantil. El periodista Arcadi Espada, que cubrió la información del caso para el diario EL PAÍS, acaba de publicar un libro de investigación, bajo el título Raval (Anagrama) en el que descubre y denuncia todas las manipulaciones policiales, judiciales y periodísticas sobre este caso.
El caso Raval estalló poco después de que en Francia se acabara de desarticular una gran red de pornografía infantil y cuando Bélgica no acababa de salir de la conmoción a la que le llevó el caso Dutroux. La policía de Barcelona implicó en el caso a un dirigente vecinal socialista, vinculado a la Administración municipal del barrio barcelonés, que pasó por la cárcel y fue separado del partido. Al final del montaje sólo quedaron dos personas procesadas por pederastia y una mujer por darles cobertura.
Más recientemente se ha producido otra invención. Una niña de dos años era supuestamente alquilada por su madre a un pederasta. Al final, lo único que ha quedado probado es que una canguro ha sido procesada por malos tratos a un bebé.
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