Agua

Javier Arenas, se supone que con el beneplácito de su jefe Aznar, ofreció a Manuel Chaves una mano abierta para terminar largos años de desencuentros y desamores. Quiere convertir la confrontación en cooperación y que los dos gobiernos, el central y el autonómico, "echen pelillos a la mar". Puede que haya quien dude del propósito de enmienda del presidente Aznar, pero la promesa hecha por Arenas hay que saludarla con esperanza. Cerrar heridas es obligación de ambas partes y la búsqueda de puntos de encuentro en la legislatura que comienza debe ser inevitable.Hay uno que no admite demora: sacar a Andalucía de su eterna sequía y detener la creciente desertización. Enterrar el hacha de guerra en un asunto que ha hecho perder al campo y la ganadería andaluza más de treinta mil millones de pesetas por la sequía que padecemos debe ser prioridad en la agenda de los dos presidentes.

Manuel Chaves, de realizarse la entrevista, además de las reivindicaciones históricas, le pedirá la transferencia de las confederaciones hidrográficas del Guadalquivir (CHG) y del Sur (CHS). Un deseo que no se consiguió con los socialistas y tampoco con el PP. Es posible que ahora sea realidad. Estas entidades que administran los recursos hídricos en Andalucía fueron piezas importantes en la pasada campaña electoral, en especial la CHS, que a través de su empresa Acusur, hizo una apuesta descarada en apoyo de Celia Villalobos, con el Plan Guadalmedina.

El Gobierno andaluz no aceptará una nueva negativa. El Plan Andaluz de Regadíos, con unas inversiones de 52.000 millones hasta el 2005, está condicionado, en parte, por la política de aguas que vaya a desarrollar el Gobierno de Aznar. Con la probable salida de su gobierno de los ministros Arias Salgado e Isabel Tocino, Andalucía habrá ganado.

Andalucía tiene dos sectores en los que el agua es oro. Por un lado la agricultura intensiva y por otro, el turismo. Ambos sectores generan más de una tercera parte del PIB andaluz. Siquiera sea por esto y los miles de empleo que generan, no puede haber más dilaciones en consensuar una política hidráulica y ello pasa por trasnferir las confederaciones. Se espera que Javier Arenas y Teófila Martínez sean capaces de "ablandar" a José María Aznar.