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Las denuncias por maltrato saturan el centro de ayuda a víctimas de delitos

Las denuncias de mujeres por malos tratos ha puesto al borde de la saturación el Servicio de Atención a la Víctimas de Andalucía (SAVA)de Granada, un centro de asistencia jurídica y psicológica de la Junta que en ocho meses de funcionamiento ha prestado ayuda a 520 personas, el 69% mujeres. En el 85% de los casos los usuarios reclamaron asistencia por maltrato conyugal. Este servicio, que funciona además en Málaga y Sevilla, se extenderá al resto de las capitales de la comunidad en catorce meses.

Las demandas de atención se han incrementado desde que el pasado 1 de septiembre comenzara a funcionar la oficina de Granada. La progresión, según los datos facilitados ayer por el delegado del Gobierno de la Junta en Granada, Jesús Quero, es de doce casos más por semana. Los juzgados de intrucción y las fuerzas de seguridad son los que derivan a las víctimas de los delitos necesitadas de socorro a las oficinas del servicio.El estereotipo de la persona que acude al centro es una mujer con una edad comprendida entre los 30 y los 50 años, casada, de bajo nivel cultural, en paro o con un empleo precario y víctima de un delito de violencia doméstica o sexual.

En el caso de Granada, el 69% de los usuarios fueron mujeres y el 31% restante hombres. Este porcentaje es muy superior al registrado en los centros similares de Sevilla y Málaga. A las oficinas pueden acudir las víctimas de delitos, cualquiera que sea su naturaleza, con escasos medios y necesitados ayuda.

De los 520 casos atendidos en Granada 93 requirieron asistencia psicológica y social. El incremento de las peticiones de ayuda obligó a la Junta de Andalucía a reforzar a finales del año pasado el centro con otras cinco personas. En concreto, se incorporaron, gracias a un convenio con la Universidad de Granada, dos juristas, dos psicólogos y una trabajadora social en calidad de becarios.

Los cinco nuevos empleados se unieron a los cuatro con que contaba la oficina desde su inauguración. Las oficinas del SAVA fueron creadas para mitigar los efectos de la violencia sobre sus víctimas, de manera que el agravio recibido no se vea incrementado por los trámites de la denuncia y el padecimiento de las secuelas.

La oficina de Granada funciona gracias a un convenio con la Caja General de Ahorros, que se ha comprometido a financiar el centro durante dos años, y la Universidad.

Las oficinas del SAVA comenzaron a funcionar en 1998 en Sevilla y Málaga.Con posterioridad, en agosto de 1999, se abrió a prueba la de Granada, pero el alto número de peticiones de ayuda hizo que se consolidara un mes más tarde como un centro de las mismas caraterísticas que los otros dos ya en funcionamiento.

El delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía en Granada, Jesús Quero, anunció ayer que es inminente la apertura de oficinas similares en Córdoba y Cádiz y, más tarde, en las restantes capitales.

De otro lado, un nuevo caso de violencia doméstica trascendió ayer en Algeciras (Cádiz). La Policía detuvo a un individuo como presunto autor de un delito de amenazas con arma de fuego contra su mujer. A. H. M., que había amenazado de muerte en otras ocasiones a su compañera, fue detenido después de que, armado con una escopeta rudimentaria fabricada por él mismo, amagara con pegarle un tiro.

La Policía se incautó del arma, un instrumento dotado con un un mecanismo casero capaz de impulsar proyectiles de pequeño calibre. En el registro en el domicilio de la pareja, los agentes encontraron varias cajas de cartuchos del calibre 22. En una investigación posterior por los alrededores de la casa, la Policía advirtió en una fachada situada frente al inmueble el impacto de una bala. Al detenido le constan numerosos antecedentes policiales.

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