El PP condiciona su diálogo con CiU sobre financiación a un pacto posterior con el PSOE

El Partido Popular condicionará sus próximas conversaciones con CiU para la investidura de José María Aznar a un pacto posterior que incluya al PSOE en su punto clave: el nuevo modelo de financiación autonómica. Los populares ofrecerán a los nacionalistas catalanes una vicepresidencia en la Mesa del Congreso y un acuerdo genérico, de mínimos, a cambio del apoyo a la investidura de Aznar, prevista para el 26 de abril. Pero también buscarán incorporar al PSOE a este consenso cuando se negocie en el Consejo de Política Fiscal y Financiera el nuevo modelo de financiación. Asimismo, quieren recuperar los contactos con los socialistas para reforzar su estrategia común en el País Vasco y la lucha antiterrorista.

Las conversaciones entre el PP y CiU, que comenzarán esta misma semana tras las reuniones de tanteo de ayer y del pasado miércoles, tendrán un claro límite en su punto crucial: el nuevo modelo de financiación de las comunidades autónomas. No habrá compromisos cerrados, sino criterios generales y acuerdos mínimos en el punto en el que más insiste la formación que lidera Jordi Pujol. Ayer, los dirigentes del PP, reunidos en La Moncloa en su sesión habitual de maitines de los lunes bajo la presidencia de Aznar, corroboraron esta tesis. Posteriormente, Javier Arenas, Luis de Grandes y el ministro Ángel Acebes se reunían con Xavier Trias, Josep López de Lerma y Manuel Silva, por parte de CiU.Uno de los representantes del PP en la mesa negociadora adelantó a este diario que su partido intenta evitar la experiencia de 1996. Entonces, por falta de tiempo y por la necesidad apremiante del apoyo de CiU para asegurar la mayoría a Aznar en la investidura, el PP se vio forzado a cerrar un acuerdo con los nacionalistas catalanes sobre el modelo de financiación -cesión del 30% del IRPF a las comunidades autónomas con capacidad normativa- que luego imposibilitó extenderlo a las tres comunidades gobernadas por los socialistas. La consecuencia fue que Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha mantuvieron una política de confrontación con el Gobierno central durante toda la legislatura.

La situación ha cambiado sensiblemente tras estos cuatro años. Por un lado, al PP, que ahora dispone en el Congreso de mayoría absoluta, ya no le son imprescindibles los 15 votos de CiU, y, por otra parte, aunque el PSOE está más debilitado en el Parlamento, su influencia en las comunidades es mayor que en 1996. Ahora gobierna en 6 de las 17 comunidades.

Para el PP, la necesidad de pacto con el PSOE en esta materia es apremiante. El vicepresidente segundo del Gobierno en funciones, Rodrigo Rato, ya adelantó este criterio en la campaña electoral.

El punto de partida de la negociación con CiU sobre el nuevo modelo de financiación será el Plan Zaplana, según ha confirmado el portavoz del Gobierno en funciones, Josep Piqué. El PP pondrá así sobre la mesa la cesión a las comunidades de los impuestos especiales, de una parte del IVA y de un porcentaje superior al 30% del IRPF. Sobre esta base pretende incorporar posteriormente al consenso al PSOE, cuando se reúna el Consejo de Política Fiscal y Financiera, organismo que agrupa al Gobierno y las 17 comunidades. Una comisión técnica de este consejo trabaja ya en la revisión del actual modelo de financiación, que concluye a finales de 2001.

Las propuestas del PSOE, procedentes tanto de la Ejecutiva Federal como de la Junta de Andalucía, gobernada por Manuel Chaves, no discrepan básicamente del Plan Zaplana. Recogen la reclamación de la cesión de la cesta de impuestos a las comunidades con el objetivo de evitar que su financiación pivote sobre un impuesto ahora a la baja, como es el IRPF.

El PP también está interesado en reforzar la estrategia común con el PSOE en materia antiterrorista y en estrechar las relaciones entre ambos partidos en el País Vasco, sobre todo si la situación se deteriorase con una ofensiva de ETA que complicase aún más la inestabilidad en que se asienta el Gobierno en minoría del lehendakari Juan José Ibarretxe.