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Los colonos judíos se movilizan contra la cumbre Clinton-Asad

El movimiento colono de Israel ha decretado una movilización general para hoy, domingo, coincidiendo con la cumbre que el presidente norteamericano Bill Clinton y el dirigente sirio Hafez el Asad celebrarán en Ginebra para desbloquear el proceso de paz en Oriente Próximo. Los radicales hebreos tratan con esta llamada de hacer fracasar el encuentro, impidiendo la negociación y la firma de un acuerdo que implicara la devolución de los altos del Golán a Siria.Millares de colonos israelíes se han dado ya cita para hoy ante la Embajada norteamericana en Tel Aviv, a la misma hora en que Hafez el Asad y Bill Clinton se encuentren en el Hotel Intercontinental de Ginebra.

Su objetivo es protestar contra lo que ellos denominan "interferencia de Estados Unidos en el proceso de paz", que puede obligarles en un plazo relativamente corto a abandonar los asentamientos de los altos del Golán en los que 17.000 colonos han permanecido más de 30 años, invirtiendo millones de dólares y esfuerzos.

La protesta de los colonos, bajo el lema "Clinton no te metas", cuenta con el apoyo de los sectores radicales religiosos de Israel, que en los últimos años han venido haciendo una relectura de la Biblia, que les ha permitido dar un contenido religioso a la zona del Golán, lo que les impide, en base a sus principios, entregar a un gentil cualquier porción de la Tierra Prometida.

En un último esfuerzo de agitación, los fanáticos del Golán pedían ayer a la comunidad internacional la detención del presidente sirio Hafez el Asad, tan pronto como ponga el pie en Suiza, para entrevistarse con Clinton; una petición sin porvenir y que seguramente ha hecho sonrojar a más de un dirigente político de Israel. Los coléricos colonos han publicado asimismo enormes anuncios en la prensa local israelí, en la que se puede leer: "No nos podemos fiar de Asad".

La movilización de los colonos está predisponiendo a la opinión pública israelí en contra de las negociaciones con Siria, según se desprende de los últimos sondeos, en los que se asegura que el 55% de la población se muestra escéptico con respecto a un acuerdo de paz con Damasco.

Pero el movimiento colono no es por sí solo determinante para hacer fracasar el proceso de paz entre Israel y Siria. Las discusiones, iniciadas el pasado 16 de diciembre y bloqueadas desde el 10 de enero, se encuentran con serias trabas, entre las que destaca el futuro de la estación de vigilancia del monte Hermón -el oído de Israel en Damasco-, la normalización diplomática entre los dos países y el perfecto trazado de la frontera internacional de 1967, detrás de cuyo litigio se esconde un problema capital: el acceso y el control de las aguas del lago Tiberiades.

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Israel necesita el acuerdo de paz con Siria de manera urgente, para poder llevar a término el previsto repliegue de las fuerzas militares del sur de Líbano, poniendo fin a una guerra impopular que el primer ministro israelí, Ehud Barak, se ha comprometido a acabar antes del próximo mes de julio. El acuerdo previo entre Israel y Siria garantizaría al Gobierno hebreo la inactividad de la guerrilla islamista del Hezbolá, de obediencia religiosa iraní, pero dependiente militarmente de Damasco.

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