Putin recuerda a los rusos que mañana eligen al dueño del 'botón atómico'
La campaña electoral se cerró ayer en Rusia con un dramático llamamiento al voto del presidente en funciones, Vladímir Putin, en el que recordó a sus conciudadanos que, no sólo elegirán mañana al relevo de Borís Yeltsin en el Kremlin, sino también al jefe que debe restaurar la dignidad internacional del país y al dueño del botón atómico. Aunque la mayoría de las encuestas dan por seguro que Putin conseguirá mañana mayoría absoluta de votos, lo que haría innecesaria una segunda vuelta, hay algunos sondeos que señalan que se quedará a las puertas de esa frontera, pero sin lograr franquearla.
Esa posibilidad ha hecho que, en los últimos días se hayan producido extraños movimientos en las filas liberales y derechistas dirigidos a que, en caso de segunda vuelta, la disputase el líder de Yábloko, Grigori Yavlinski, y no el comunista Guennadi Ziugánov. No cuajaron. El candidato rojo tiene asegurado el segundo puesto, y es más que dudoso que Yavlinski -que considera a Putin un "comunista camuflado" y un "peligro para la democracia"- se acerque al 10%.La incertidumbre sobre el resultado ha llevado a Putin a desarrollar una actividad frenética en la última semana de campaña, disfrazando de acción de Gobierno una descarada caza del voto. Su llamamiento de ayer pretende, además, garantizar una participación alta, ya que, si no supera el 50% del censo, las elecciones no son válidas.
Ayer, en su mensaje "institucional" a los electores, Putin destacó que el presidente es también el jefe supremo de las Fuerzas Armadas de Rusia, "uno de los más grandes países del mundo y una superpotencia nuclear". El nuevo inquilino del Kremlin, añadió, tendrá como misión "resucitar la economía, restaurar el prestigio y el papel dirigente en el mundo y proporcionar un eficaz sistema de Gobierno, estabilidad y prosperidad".
Putin utilizó el hecho de que el domingo entra en vigor el horario de verano para asegurar que Rusia está "adelantando el reloj" y entrando en una "nueva era". Si él la dirige en esa etapa, no le faltará trabajo, sobre todo si quiere modernizar el país y superar los efectos de una transición salvaje del comunismo al capitalismo marcada por acontecimientos traumáticos, el empobrecimiento de la mayoría de la población y el enriquecimiento desmesurado de unos pocos gracias a la corrupción, la criminalidad y la venta a precio de saldo de las grandes empresas estatales.
Chechenia, en contra
Aunque el aumento de bajas rusas en la guerra del Cáucaso -1.991 muertos, al día de ayer- juega en contra de Putin, éste se beneficia de toda una cascada de buenas noticias económicas, como el descenso de la inflación y el aumento de las reservas de divisas y de los índices bursátiles, en niveles desconocidos desde la crisis de agosto de 1998.
Si en 1996, la campaña se centró en el enfrentamiento entre blancos y rojos -parodiando la guerra civil rusa posterior a la revolución bolchevique de 1917-, en esta ocasió n, cuando nadie apuesta un rublo por el candidato comunista, ha calado en la opinión pública la idea de que no hay alternativa a Putin, pese a que éste no despeja las dudas sobre lo que pretende hacer con el poder.
Ziugánov considera a Putin un sosias de Yeltsin que continuará su "desastrosa" política y que, antes del verano, llevará al país a otra quiebra económica y social. Es más, teme que haya un fraude masivo, y ha anunciado que no reconocerá los resultados si no se entregan a los representantes comunistas las actas de escrutinio de cada colegio electoral.
[Putin recurrirá a sus colegas del antiguo KGB para eliminar la corrupción y el desorden, si gana las elecciones este domingo, según afirmaba ayer en una entrevista con la cadena de televisión estadounidense ABC, informa Efe.]
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