Vilajoana confía en el dinero del Estado para financiar la cultura catalana

El anuncio de la creación, en una fecha no determinada, del llamado Instituto Ramon Llull para la proyección exterior de la lengua y la cultura catalanas y el de la próxima remisión al Parlament de un proyecto de ley de archivos marcaron ayer la primera comparecencia del consejero de Cultura, Jordi Vilajoana, ante la comisión de Política Cultural de la cámara legislativa catalana. Como se encargaron de subrayar los representantes de la mayoría de los grupos de la oposición, Vilajoana leyó un discurso provisto de un gran aparato estadístico y de un difuso compromiso económico con la cultura por parte del Gobierno de la Generalitat. Y tuvo bastante más de memoria que de proyecto.

¿Y dónde está el dinero?, comenzaron preguntándole varios representantes de la oposición. En el proyecto de presupuesto de la Generalitat para este año, todavía en fase de elaboración, el Departamento de Cultura logrará, si nada se tuerce, un "incremento significativo", dijo Vilajoana. Pero a este aumento deben sumarse, en opinión del consejero, las aportaciones del Gobierno central y el incremento del patrocinio cultural, objetivo este último para el que Vilajoana "impulsará" la reforma de la llamada Ley del Mecenazgo. El consejero, en cualquier caso, no explicó si había hablado de ello y de las aportaciones económicas que espera del Estado, o de la rebaja del IVA al 4% para las artes plásticas -otra de sus propuestas- con algún miembro del Gobierno central después de las elecciones del pasado 12 de marzo, cuando CiU dejó de ser decisiva para el Ejecutivo del PP.Vilajoana inició su comparecencia ante la comisión de Política Cultural con una larga intervención -casi dos horas- durante la que leyó unas "notas" que había recogido en 78 folios.

A la introducción, siguió el apartado dedicado a la política lingüística, cuestión a la que dedicó la mayor atención. Vilajoana, que anunció la sucesiva promulgación de hasta seis decretos en los próximos meses, reiteró que el incremento del uso del catalán debe lograrse, en todos lo casos, mediante la negociación, la concertación y el diálogo. Una estrategia que fracasó con las grandes distribuidoras de cine norteamericanas, dijo, hasta la promulgación del polémico decreto de doblaje al catalán.

El famoso decreto, según insistió ayer en señalar Vilajoana, ha servido para que las mencionadas distribuidoras y los exhibidores aceptaran una negociación a la que siempre se habían negado. Ahora, subrayó el consejero, existe una vía de solución que llevará a la retirada del decreto si las distribuidoras se comprometen a doblar de "forma significativa". "Se trata de pasar de dos o tres películas dobladas al año a 15 o 20 en una primera etapa. Y de cinco copias por película, a 12 o 15". Los costos de doblaje deberían financiarse, en una primera etapa, en los "términos establecidos en 1989", cuando la línea de ayudas aprobada por la Generalitat preveía "la totalidad de los gastos de doblaje, los de copiaje y una participación en los de promoción y publicidad", como recordó ayer Vilajoana, quien, pese a todo, no aventuró fecha alguna para la formalización del acuerdo.

Aún en el capítulo de la política linguística, Vilajoana aludió al deseo de la Generalitat de incrementar la coordinación con el Gobierno de las baleares,Andorra, el municipio del Alguer, la universidad de Perpiñán y la Diputación General de Aragón. No aludió a la Comunidad Valenciana, ni explicó el porqué. El consejero concluyó este apartado de su discurso con el anuncio de creación, en una fecha por determinar, del Instituto Ramon LLull, que también "debería contar con un apoyo económico significativo por parte del Estado, además de establecer convenios con el Instituto Cervantes".