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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Aporofobia

Leo atentamente en EL PAÍS del 7 de marzo el interesante artículo de Adela Cortina, en el que se propone dar un nombre a una actitud social desgraciadamente generalizada, cual es la del rechazo a los pobres.Con tal fin, su autora proponía la palabra "aporofobia" para designar así al continuo desprecio que nuestra sociedad dispensa a ese gran colectivo integrado por los "áporis", es decir, aquellos que por no tener nada material que ofrecer al resto de la comunidad, quedan fuera del ámbito económico de la misma, perdiendo con ello su aspiración de convertirse en potenciales perceptores de los recursos que en la misma se generan.

En definitiva, que nuestro esquema actual de sociedad reposa en el sobradamente conocido principio del "do ut des".

Si bien coincido con la tesis expuesta, entiendo que cabría, si cabe, matizarla en el sentido de puntualizar que las personas abocadas por el sistema a pertenecer al grupo de los "áporis" acaban siendo, sin ni siquiera demandarlo, los perceptores últimos de los "efectos colaterales" que el propio sistema de mercado produce (véase, por ejemplo, el mercado armamentístico).

En consecuencia la economía de mercado les priva de toda capaci-Pasa a la página siguienteViene de la página anterior

dad de participación social, cercenando con ello su legítimo derecho a formar parte de la misma en toda su extensión; impidiéndoles con ello acceder a los beneficios generados por el propio sistema; si bien, eso sí, les reconoce capacidad plena para contribuir con sus esfuerzos a su sostenimiento, convirtiéndolos en esclavos del mismo y erigiéndolos en obligados perceptores finales de sus efectos negativos.

A nadie se le escapa, por poner sólo un ejemplo, que muchas de las empresas motoras del mismo, nutren sus arcas a costa de la explotación infantil en el Tercer Mundo (como si hubiera varios).

Agradezco encarecidamene que reflexiones de esta índole tengan lugar en los medios de comunicación, si bien echo de menos que éstas se produzcan con más frecuencia a fin de que, más de vez en cuando, alguien escupa las verdades en la cara de esta hipócrita sociedad.- . .

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