La policía descubre una tonelada de hachís escondida en el remolque de un camión cargado de naranjas
La policía descubrió el pasado fin de semana 1.000 kilos de hachís en la panza de un camión remolque cargado de naranjas que se dirigía a Griñón. En la operación se ha desarticulado una red de narcotraficantes con domicilio en esta localidad madrileña. La policía detuvo a seis hombres y una mujer, en Madrid, Toledo y Sevilla. El objetivo de los acusados era distribuir la droga por Europa mediante una importadora de fruta ubicada en Barcelona, según la Dirección General de Policía. Las investigaciones se iniciaron el pasado mes de octubre, después de que los agentes de la Unidad de Delincuencia y Crimen Organizado (UDYCO) sospecharan de la actividad que ejercía una empresa mercantil dedicada a la exportación e importación de mercancías de Marruecos a España. La compañía, que tenía todos los permisos en regla, era la tapadera legal para el tránsito aduanero de mercancías desde los países del Magreb, según los investigadores. Los agentes tiraron del hilo hasta descubrir que los cerebros de la red vivían en un chalé de la calle de Palomares de Griñón desde hace al menos seis meses. En esta localidad fueron detenidos Antonio F.S., de 40 años, y su compañera sentimental, Alfonsa Isidra G.C., de 43. En Toledo se arrestó a Esteban G.H., de 42, y en Sevilla, a José Ramón P.P., de 44; José Luis C.D., de 35; Antonio D.R., de 31, y a Diego Jesús C.A., de 41.
Además del hachís, la policía requisó el camión, cuatro vehículos de lujo, una furgoneta, dos pistolas, una escopeta, una carabina, munición, cuatro teléfonos móviles, útiles para falsificar documentos, 1,6 millones de pesetas, libretas de ahorro con imposiciones superiores a siete millones de pesetas, efectos para facturas falsas y letras de cambio y otros documentos mercantiles.
Por otra parte, los agentes de la comisaría de Fuencarral han detenido a una pareja acusada de 13 atracos y robos con violencia en la zona norte de la capital. Los imputados son Juan Carlos C.O., de 34 años, y Petra T.J., de 36. El hombre, que cumplía condena en la cárcel de Soto del Real por robo, cometía las fechorías durante los permisos.
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