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La marcha de un concejal del GIL en La Línea eleva a 17 los ediles que han abandonado el grupo desde septiembre

Desde que, en septiembre, José Luis Fuentes se pasó al Grupo Mixto en el Ayuntamiento de Benalmádena (Málaga), hasta el martes, cuando se confirmó la marcha de Jerónimo Navarro en La Línea de la Concepción (Cádiz), son ya 17 los concejales del Grupo Independiente Liberal (GIL) que han abandonado las filas del partido personal dirigido por Jesús Gil y Gil. Su formación sacó el 13 de junio de 1999, 87.742 votos y 93 concejales en 13 localidades de la Costa del Sol, Campo de Gibraltar, Ceuta y Melilla. Tiene, además, cinco diputados provinciales en Málaga y Cádiz. La organización empezó a debilitarse tras las elecciones del año pasado. Primero, se marcharon los empresarios amigos de Jesús Gil Marín que quedaron en la oposición en San Roque (Cádiz) y en Mijas, Manilva, y Benalmádena (Málaga). En esta última localidad, se fue el yerno del presidente, Eduardo de las Heras. La segunda oleada de deserciones empezó el 4 de noviembre, cuando Jesús Gil anunció que no se presentaría a las elecciones autonómicas y generales para aliviar la presión exterior contra su libertad condicional, su hacienda y su salud. En esa tanda, se marcharon al Grupo Mixto dos concejales de Mijas y dos de Ronda.

Finalmente, la mayor parte de las deserciones se han producido tras las elecciones del 12 de marzo. Cuatro concejales en Casares, uno en Fuengirola y seis en San Roque han precedido la marcha de Jerónimo Navarro.

Ayer, en La Línea, el alcalde Juan Carlos Juárez aseguró que tiene la conciencia tranquila. Mientras tanto, mira de reojo a un grupo de concejales cuyos nombres figuran bajo sospecha después que la portavoz socialista Juana María Lasry acusase a Navarro de "pedir 100 millones de pesetas por abandonar el gobierno municipal junto a otros cuatro concejales de su partido, para apoyar a PSOE y PP en una moción de censura contra Juárez". El Ayuntamiento de La Línea tiene 25 concejales. Con cinco menos, el GIL perdería la mayoría absoluta.

Jerónimo Navarro repitió ayer, que nunca pidió los 100 millones y que los motivos que le han llevado a dejar el GIL son solamente personales: "He visto cosas que no me podía imaginar que sucedieran". El alcalde linense anunció que "la Fiscalía Anticorrupción ya tiene conocimiento de todo". Juárez añadió: "Navarro se encuentra en una situación muy grave, porque podría haber cometido un delito".

El GIL ha cerrado filas. Mientras Navarro anuncia más deserciones. Su ex compañero de partido José Luis García Guillermo, concejal de Comunicación de La Línea, ha señalado que "muerto el perro se acabó la rabia". García Guillermo aseguró ayer que el alcalde cuenta con el respaldo de los otros 15 concejales del Grupo Independiente Liberal. Esta es la misma teoría de Pedro Tirado, concejal de Manilva y uno de los escasos miembros del aparato del partido que han seguido trabajando tras la dimisión como secretario general de Gil Marín y la del coordinador del GIL, José Ignacio Crespo, hace más de seis meses. Tirado sostiene que "se ha cortado por lo sano y no hay ninguna fisura". Incluso apunta que están "abiertos a pactar con cualquiera en Casares", en donde han perdido a cuatro de sus cinco concejales. Eso incluye un pacto con IU "porque los vota el pueblo también". Izquierda Unida rechaza de plano un pacto con el GIL, pero no lo descarta con los miembros del grupo mixto.

En Ronda, sin embargo, IU se resiste a dar entrada en el gobierno municipal a los dos tránsfugas de abandonaron en noviembre el GIL. El PSOE y el PP se mostrarán más partidarios en la reunión municipal que hoy se celebra. Este no es el caso de los seis concejales de San Roque que se pasaron al Grupo Mixto el viernes: afirman que tienen una oferta del PSOE.

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El portavoz de este grupo sanroqueño, Fernando Palma, justifica su marcha, porque "desde las elecciones del año pasado no había coordinador, ni instrucciones". La decisión de los concejales del GIL llevó el pasado lunes a los tres ediles del PP a irse del gobierno municipal, que compartían con PSOE (siete concejales) e IU (uno). Esta ruptura se hizo "por orden de la ejecutiva provincial". Así lo confirmó la propia presidenta de los populares en Cádiz, María José García Pelayo: "El pacto para impedir que el GIL gobernase no tiene ya razón de ser".

El alcalde socialista, José Vázquez, intenta buscar una nueva mayoría, para lo que necesita once concejales. Primero ha hecho una oferta a los seis ediles del Grupo Mixto (ex GIL). Pero parece más probable que cierre un acuerdo con los tres de Unidad por San Roque.

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