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Un trabajador del sector del azulejo recurre su despido por ofensas xenófobas

El Juzgado de lo Social número 1 de Castellón dejó ayer vista para sentencia la reclamación de un trabajador del sector cerámico contra su despido por ofensas graves a un compañero de origen andaluz. Los "malos tratos de palabra" proferidos en un escrito tildado de xenófobo en la vista celebrada en Magistratura y los destrozos registrados en la taquilla del trabajador afectado por esos presuntos ataques racistas han sido los motivos, calificados de "graves", alegados por la empresa Azulejos Cabrera de Sant Joan de Moró para proceder al despido de José Vicente Gallén. La empresa, por medio de su letrado, José Martínez Belloso, esgrimió en su argumentación el Estatuto de los Trabajadores y sendos artículos de la Ordenanza Laboral del Vidrio y la Cerámica.En la vista se recogieron testimonios de algunos de los compañeros de trabajo sobre los incidentes registrados el pasado 31 de enero. Aquel día, en la taquilla destrozada apareció un folio en el que se leía: "Cuando respetes lo de la gente, entonces te respetaremos. ¡Andaluz a tu tierra!". La defensa del trabajador despedido negó que quedara demostrado que su cliente destrozó la taquilla de su compañero, aunque sí reconoció que él fue quien inspiró la redacción del escrito, hecho que realizó una compañera. La abogada intentó mostrar en la vista que "se pretendía hacer demagogia con el tema racista" y que las quejas sobre el comportamiento del trabajador de procedencia andaluza eran generalizadas. El presidente del comité de empresa negó tales extremos.

El abogado de la azulejera mostró recortes de prensa en los que se consignaba la noticia de cómo, cuatro días después de este incidente, en L'Alcora aparecieron octavillas de tinte racista en las que se amenazaba a los trabajadores andaluces afincados en la capital de L'Alcalatén. Aquellos panfletos de origen anónimo crearon cierta alarma en sectores sociales de dicha villa azulejera. El letrado laboralista mostró su extrañeza por la proximidad de "ambas poblaciones y la proximidad en el tiempo de esas amenazas".

Finalmente, el trabajador ofendido solicitó la baja voluntaria porque le disgustaba, según su parecer, la situación hacia la que derivó dicho conflicto interno. Dentro de dos semanas aproximadamente se conocerá si el despido es considerado o no procedente por la magistrada de lo social.

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