"Antes se quedaban con mi imagen; ahora me escuchan cantar"
A Maribel Quiñones (Huelva, 1954), más conocida como Martirio, siempre le ha gustado mezclar, investigar las posibilidades de la fusión de letras y músicas. Si en Coplas de Madrugá cantaba clásicos de la copla a ritmo de jazz, en su nuevo álbum, Flor de piel, el sexto de su discografía, adapta boleros, tangos y baladas sudamericanas al compás de la soleá por bulerías y al blues. El pianista Chano Domínguez, el bajista Javier Colina y el batería Guillermo McGuill vuelven a acompañarla en este disco, en el que junto a músicos flamencos de Morón interviene su hijo, Raúl Rodríguez, a la guitarra flamenca. Martirio actuará hoy en el Teatro Lope de Vega de Sevilla y el sábado lo hará en Córdoba, en el Gran Teatro.Pregunta. En Flor de piel interpreta canciones clásicas sudamericanas al igual que hizo con la copla en su trabajo anterior. ¿No piensa en componer?
Respuesta. Flor de piel es un disco más flamenco, son clásicos que han sido interpretados por Chavela Vargas, Gardel... Boleros y tangos, canciones de amor que tienen mucho que ver con la copla; tienen la misma lírica, la misma contemporaneidad. Me parece que hacer una relectura ya sea de la copla o de los clásicos latinos es tan creativo como escribir canciones. Es importante interpretar a finales de siglo composiciones de autores como Bola de Nieve, Marta Valdés, María Grever... Me gusta la desnudez y la verdad de esas canciones, la capacidad de emocionarte y enfrentarte a los sentimientos.
P. En el disco, además de soleás hay blues.
R. Sí, no todas esas canciones de ida y vuelta entran en el compás flamenco ni se las puede transformar. De 400 temas hicimos una selección de canciones que tuvieran el flamenco dentro, que se pudieran llevar al compás de la soleá. Se han elegido de manera que parecieran nuevas, escritas para mí. Hay que saber mucho de sentir para interpretarlas. Y yo me entrego a ellas absolutamente, porque de otra cosa no sé, pero de sentir sí.
P. ¿Se siente más flamenca que otra cosa?
R. El flamenco, la copla y el jazz me han influido mucho. Soy muy flamenca en la forma de sentir, en el aire de vivir, en la concepción de la belleza. El flamenco ha modificado mi vida. Pero me gusta todo. Desde que me levanto hasta que me acuesto escucho música, desde clásica a jazz.
P. En su carrera ha ido modificando su imagen, ya no lleva peineta. ¿Cree que el público la ve de otra forma?
R. Mi imagen ha ido evolucionando como lo he hecho yo. Durante un tiempo las peinetas contaban mucho para lo que yo quería decir, aunque no descarto que mañana me vuelva a poner algo en la cabeza. Y sí que ha cambiado la forma en que me percibe el público. Antes se quedaban con mi imagen, ahora me escuchan cantar.
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