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El paro entre los licenciados europeos es la mitad que el de los no universitarios

España, con el 36%, es el país de la Unión Europea con más jóvenes desempleados

Cada vez son más los estudiantes europeos que deciden prolongar su formación, convencidos de que encontrar empleo es más fácil con un mayor nivel de estudios. En la UE, la tasa de paro entre las personas con un diploma de enseñanza superior es algo menos de la mitad (un 6%) que el de los que dejaron los estudios tras hacer la enseñanza obligatoria (un 13%). El desempleo de los que cursaron el bachillerato es del 9%. Además, la precariedad alcanza a dos de cada tres jóvenes asalariados, según el informe estadístico de la Comisión Europea, Eurostat y Eurydice sobre datos de 1997.

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A pesar de la mejor formación y de que los jóvenes de ahora saben más idiomas y están más familiarizados con las nuevas tecnologías, los obstáculos para entrar en el mercado laboral son cada día mayores. Estos datos proceden del último informe publicado conjuntamente por la Comisión Europea, la Oficina Estadística de las Comunidades Europea (Eurostat) y la red de información sobre la educación en Europa (Eurydice), en el que se reflejan las características de los sistemas educativos de 29 países europeos en el curso escolar 1996-97.Una cuarta parte de los jóvenes europeos entre 15 y 24 años que salen de las escuelas y acuden al mercado laboral se encuentran sin empleo, mientras que la tasa de paro entre la población adulta es inferior al 10%. Con el mismo nivel de estudios, las mujeres sufren proporcionalmente más que los hombres el problema del paro.Es una constante que se observa en todos los estados miembros de la UE, excepto en Dinamarca, Austria y Holanda, donde las diferencias son menores. En España, la situación de precariedad alcanza a dos de cada tres jóvenes asalariados.

Entre 25 y 34 años

La edad también es un factor importante para hacer frente al paro. La tasa de desempleo de los jóvenes entre 25 y 34 años es del doble que entre los adultos. Un fenómeno que se agrava en España e Italia, donde se multiplica la diferencia por cuatro. La posesión de diploma de enseñanza superior raramente es una condición suficiente para ocupar un empleo directamente tras los estudios, y muchos jóvenes tienen que aceptar trabajos de menor cualificación.

La Unión Europea cuenta en la actualidad con 142 millones de jóvenes menores de 30 años de edad (el 38% de la población total), una cifra en constante disminución desde 1975. El número de alumnos y estudiantes superó en el curso escolar 1996-97 los 83 millones de jóvenes (22% de la población total europea), repartidos de la siguiente manera: 10,8 millones en preescolar; 23,6 millones en enseñanza primaria; 17,1 millones en secundaria inferior; 19,3 millones en secundaria superior, y 12,2 millones en estudios universitarios.

En España hay más de 9 millones de estudiantes. A la enseñanza infantil se inscribieron 1,1 millones de niños, 2,7 en primaria, 1,1 en secundaria inferior, 2,7 en secundaria superior y 1,7 millones de jóvenes fueron a la Universidad. La gran mayoría de los alumnos (94%) frecuenta en España centros públicos o privados subvencionados.

La tasa de participación escolar disminuye progresivamente conforme llega el fin de la enseñanza obligatoria, aunque son cada vez más los jóvenes europeos que siguen sus estudios a partir de los 16 años. Es el momento en el que los alumnos tienen que elegir si orientan su formación por la vía de las ciencias o de las letras.

El 71% de los alumnos europeos de 22 años termina con éxito este primer ciclo de enseñanza superior (el 65% en España), y en el curso 1996-97 fueron más de 4 millones de jóvenes los que obtuvieron diploma. La Universidad es el siguiente paso, que fue seguido por 12 millones de jóvenes. La evolución también es al alza.

También son cada vez más numerosos los estudiantes que deciden cruzar las fronteras para cursar los estudios en otro país. El 40% de los diplomas que se obtienen en esos casos se refieren a estudios en ciencias sociales, el 22% en ingeniería y arquitectura y el 28% en ciencias médicas. Las mujeres son más aplicadas que los hombres.

Los niños van cada vez antes a clase

Los niños entran cada vez antes en los centros de enseñanza. Así, la mitad de la población infantil europea fue a algún establecimiento educativo (a alguna guarderías o a algún jardín de infancia) en 1997.

En España, el porcentaje alcanzó al 67% de los niños menores de tres años, mientras que en Francia, Bélgica e Italia prácticamente todos los niños de esa edad frecuentaron algún centro infantil. Con la excepción de Luxemburgo, la enseñanza preescolar es facultativa en todos los países de la UE.

A los seis años de edad, los niños están obligados a inscribirse en cursos de enseñanza primaria. Sólo en Holanda, la entrada en la enseñanza obligatoria se hace un año antes. En Dinamarca, Finlandia y Suecia es a los siete años de edad y, junto con Portugal, son los únicos países de la UE donde no se establece una diferencia entre la enseñanza primaria (hasta los 12 años) y la secundaria inferior (entre 12 y 16 años).

Los jóvenes europeos van al colegio cinco días a la semana y sólo en Luxemburgo y en algunas regiones italianas van seis días, todos menos el domingo.

El número de horas de enseñanza varía en los países de la Unión Europea entre las 377 y las 950 anuales. En España se sitúa entorno a las 800 horas. Las asociaciones de padres españolas han pedido reiteradamente su aumento.

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