La patronal premia tres proyectos del plan de fomento de la vocación empresarial

Tres nuevos proyectos empresariales dejarán de ser brillantes ideas para convertirse en realidades en las próximas semanas. Se trata de una empresa de diseño y confección de uniformes, otra de análisis agroalimentario y consultoría medioambiental y una tercera de instalación y mantenimiento de equipos de frío y calor. La Confederación de Empresarios de Málaga (CEM) ha premiado la originalidad y viabilidad de estos tres proyectos, en su programa de fomento de vocaciones empresariales, con 800.000 pesetas a la empresa de uniformes y medio millón a cada una de las otras dos. La Confederación de Empresarios de Andalucía inició este concurso el año pasado con las visitas a diversos centros de Formación Profesional de la comunidad. En Málaga, fueron 10 los centros visitados. De esas reuniones salieron varias decenas de proyectos que se presentaron al concurso; 19 de ellos tuvieron méritos para llegar a finalistas. Once ideas, tres en Málaga, han recibido los honores de la patronal: dinero y, sobre todo, consejo en cómo orientar el negocio.

Christian Hermes, de 21 años, estudiaba electrónica cuando los empresarios visitaron su centro de Formación Profesional. Desde hacía tiempo, su idea era montar algo de confección de uniformes, "sobre todo de colegios; hay muchos colegios privados en Málaga y todos usan uniforme", dice Christian. Presentó su proyecto y ganó. Ahora le queda lo más difícil: su idea requiere una inversión inicial de 12 millones de pesetas.

Ingrid Mateo utilizará su premio para montar junto con otros dos socios Microambiental, una empresa que analizará los alimentos y hará informes medioambientales. Su inversión ha sido de 4,5 millones de pesetas. Los otros premiados, Israel y Juan José Sánchez Hernández, han trabajado siempre en restaurantes y cocinas; hartos de ver que los aparatos de frío y calor se sustituían por nuevos a la primera de cambio, han decidido abrir Frivenco. Con su empresa tratarán de mantener y conservar estas máquinas para que no haya que tirarlas cuando se estropeen.Los hermanos Sánchez, que han invertido más de dos millones de pesetas, están deseando empezar a trabajar: "Dejaremos lo de hacernos ricos para más adelante".