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La recuperación de las extinciones tarda millones de años

Los ecologistas son seres irritantes. En mi camino a casa, a veces me abordan personas con huchas de colecta exhortándome a "Salvar los tigres". La pregunta que viene a la mente es: "¿Por qué?" La extinción de los tigres no afectará prácticamente a nadie, y podría incluso tener sus ventajas. Desde un punto de vista más amplio, la evolución significa cambio. En cualquier caso, una especie de mamífero, como el tigre, existe, por término medio, durante unos cuantos millones de años antes de extinguirse, o de convertirse en algo diferente. Y mientras unas especies se extinguen, otras nuevas surgen y ocupan su lugar. La muerte, se dice, es sencillamente la forma que tiene la naturaleza de decirte que te lo tomes con calma. ¿Qué importancia podria tener que fuesen los seres humanos, en lugar de la enfermedad o el cambio climático, los agentes mortíferos?Pero a veces la muerte elimina un enorme número de especies en un tiempo relativamente corto, mucho más corto que el necesario para reponer como parte de la rotación natural de evolución y extinción de fondo. El mayor desastre, a finales del periodo Pérmico, hace 251 años, destruyó más del 96% de las especies. La extinción de finales del periodo Cretácico, hace 65 millones de años, sólo obtuvo el segundo lugar, a pesar de la celebridad de los dinosaurios, sus víctimas más sobresalientes. Es posible que en la actualidad estemos viviendo otro episodio de extinción en masa, precipitado por nuestras propias acciones.

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¿Qué sucede cuando la ola de extinción ha pasado? ¿Cuánto tiempo es necesario para que la biodiversidad recupere la riqueza anterior a la extinción? Se podría pensar que la recuperación sería más larga después de pulsos de extinción más destructivos. Pero sería equivocado, como dos científicos estadounidenses muestran en la revista Nature (9 de marzo).

James Kirchner, de la Universidad de California, Berkeley, y Anne Weil, de la Duke University de Carolina del Norte, han analizado lo que nos dice el registro fósil sobre la relación entre extinción y recuperación. Sus resultados son claros: la renovación del ecosistema después de una extinción siempre necesita unos diez millones de años, independientemente de la escala de destrucción precedente.

Esto tiene importantes implicaciones para la conservación actual, porque ilustra la interdependencia del ecosistema. Si los tigres fuesen un todo, no sería un problema. Pero ninguna especie es una isla: los tigres son depredadores superiores que afectan al equilibrio total de la naturaleza. Se alimentan de otros animales, que a su vez se alimentan de plantas. Y cada tigre proporciona albergue a una serie de parásitos y actúa como portador de enfermedades. La desaparición de una especie puede tener grandes consecuencias.

Por tanto, el modelo en el que un ecosistema necesita más tiempo para recuperarse después de una extinción mayor se basa en una suposición falsa: que cada especie está de alguna forma aislada de todas las demás, y la recuperación es simplemente cuestión de rellenar los nichos ecológicos vacantes. Cuanto mayor sea la destrucción, más nichos habrá vacantes, y llenarlos llevará más tiempo. Pero si las especies son interdependientes, las propias especies son nichos, de forma que la destrucción de una especie eliminará las oportunidades para otras muchas. Destruir muchas especies simultáneamente hará muy difícil el comienzo de especies nuevas y pioneras.

Una vez han comenzado éstas, la vida será más fácil para otros recién llegados, porque la infraestructura ecológica estará en su lugar. Esto explica por qué las extinciones van siempre seguidas de un intervalo en que la flora y la fauna son muy pobres: piensen en la maleza que crece en los emplazamientos de edificios recientemente derruidos, pero a escala mundial. La extinción de finales del cretácico, por ejemplo, fue seguida por un intervalo de unos cuantos miles de años en los que parecía no haber nada más que helechos.

Como Weil y Kirchner demuestran, la interdependencia de las especies es el determinante primario para la recuperación: hasta tal punto, de hecho, que la escala de la extinción precedente carece de importancia. Cuando la naturaleza repuebla el planeta, sigue su propio calendario intrínseco. Utilizando el registro de la historia de la Tierra, los investigadores han descubierto algo fundamental acerca del ecosistema, y esto tiene un mensaje importante para los conservacionistas de hoy en día, que se enfrentan a lo que podría ser una extinción masiva provocada por los humanos.

Es un mensaje drástico, y hace referencia a la irrevocabilidad de la extinción. Si destruimos los últimos tigres que quedan, no veremos de nuevo esa especie. A buen seguro, se desarrollarán otros depredadores superiores. Pero si se destruyen los tigres junto con las selvas en las que viven -un recurso de biodiversidad interdependiente- quizá hagan falta millones de años para que aparezca el futuro equivalente del tigre. Esta aparición dependerá de la evolución de animales de presa adecuados, y de la existencia del hábitat adecuado. Este proceso lleva tiempo; tanto tiempo que es casi seguro que para cuando el ecosistema se recupere plenamente la humanidad se habrá extinguido. Porque los humanos, como los tigres, son mamíferos, y cabe esperar que nuestra especie dure sólo unos cuantos millones de años antes de comenzar ella misma a extinguirse, o a evolucionar para convertirse en otra. El sucesor del tigre no será cazado por seres humanos.

Salvar a los tigres, por tanto, no sólo hace referencia al tigre, que es simplemente una especie atractivapara obtener fondos. Si se hiciera campaña a favor de la tenia, o para salvar a la avispa parasitaria, los voluntarios conseguirían menos dinero; pero estas especies son tan importantes como los tigres para mantener la salud general del ecosistema. Los investigadores han demostrado que la eliminación de las especies de un ecosistema reduce la capacidad del mismo para soportar el cambio ambiental. La conservación tiene que ver con ecosistemas, con hábitats. Salvar a los tigres es un comienzo. Pero no es suficiente.

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