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Entrevista:

Tres preguntas a Robert Barbault Un experto analiza la propuesta de 'puntos calientes' para preservar la biodiversidad

Pregunta. Usted dirige el Instituto Federal de Eecología Fundamental y Aplicada (CNRS, Universidad París VI, Escuela Normal Superior). ¿Cree que los 25 puntos calientes que Norman Myers propone salvaguardar prioritariamente constituyen una buena solución para preservar la biodiversidad (ver EL PAÍS del 8 de marzo)?Respuesta. Sí, siempre que no se olviden algunos ambientes, quizá cuantitativamente menos ricos que otros, pero cualitativamente tan esenciales como éstos. Tomemos, por ejemplo, el medio desértico o las praderas: ¡si se degradaran completamente, no se repoblarían precisamente con especies tropicales! Con esta salvedad, la idea de privilegiar los centros de biodiversidad máxima parece buena.

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P. ¿Cuáles son las especies más amenazadas? ¿Y las formas de vida más importantes para el mantenimiento general de los ecosistemas?

R. Cuanto mayor es una especie animal, más espacio necesita y más la expone a la extinción la reducción de los medios; es lo que ocurre con los grandes carnívoros. Entre las especies más vulnerables, hay que citar también a las que dependen de condiciones microclimáticas muy estrictas; el menor cambio podría tener consecuencias terribles. El caso más extremo es el de las especies endémicas (limitadas geográficamente) e insulares: han evolucionado en condiciones privilegiadas y están particularmente expuestas a la introducción de especies extrañas. Dicho esto, no sirve de mucho el querer preservar tal o cual especie. Es incluso un planteamiento muy peligroso, que no tiene en cuenta la realidad de la biodiversidad. Hay que considerar los ecosistemas de forma global, y no los elementos que los componen.

P. ¿Y el hombre, en todo caso? La destrucción de la biodiversidad en la que participa, ¿no corre el riesgo de acelerar su propio declive?

R.Todas las especies que han resistido a los cambios evolutivos han tenido que encontrar una solución para protegerse contra los que querían alimentarse de ellas. Las plantas lo han hecho, no por medio de la huida, sino produciendo moléculas defensivas (insecticidas, fungicidas...). No es casualidad que el principio activo de muchas drogas se encuentre en el reino animal. Y no exagero si digo que la diversidad del ser vivo continúa no sólo alimentándonos, sino también siendo una mina de medicamentos potenciales. Sin embargo, ¿estaría nuestra especie amenazada por la pérdida de biodiversidad? Creo que no. Si sobreviniera una degradación realmente importante de los ecosistemas del planeta, sería el reflejo de las graves disfunciones de las sociedades humanas (guerras, crisis económicas), y serían ellos entonces los que nos amenazaran.

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