El obstinado pluralismo vasco JAVIER PRADERA
Las elecciones del 12-M han reiterado el recado que los ciudadanos del País Vasco vienen dirigiendo de forma monótona a los profesionales del poder y a la opinión pública desde hace más de 20 años: la consistencia de su pluralismo político e ideológico, forjado por el curso de la historia y la voluntad de los habitantes. El boicoteo activo de las urnas ordenado por ETA e instrumentado en el ámbito institucional por su brazo político fracasó estrepitosamente: no sólo el PNV y EA rechazaron la iniciativa, sino que un segmento apreciable de los electores potenciales de EH desobedecieron la consigna. El aumento de la abstención en el conjunto del País Vasco no se aparta del promedio del resto de España, donde ningún partido hizo campaña para promoverla; el único descenso significativo de la participación se produjo en Guipúzcoa (56%), a diferencia de lo ocurrido en Álava (70%) y Vizcaya ( 67%). Según algunos analistas, una parte de los antiguos votantes de EH en 1999 respaldaron en esta oportunidad al PNV. El boicoteo de las elecciones a las Cortes Generales ordenado por ETA no era la extravagante propuesta de una secta de orates sanguinarios, sino una pieza básica de la estrategia de "soberanismo" y "territorialidad" impuesta por los nacionalistas radicales a los nacionalistas moderados en el Pacto de Estella. Desmintiendo el empeño equidistante de atribuir al Gobierno de Aznar responsabilidades por omisión en la vuelta de los terroristas a la actividad criminal, el comunicado de ETA difundido hace una semana proclama que "la razón del abandono de la tregua de acciones" de sus comandos asesinos fue "la tibieza y el miedo" del PNV y EA a "romper de un modo claro la subordinación que muestran respecto a España": la elogiable negativa de los nacionalistas moderados a sabotear las urnas y su decisión de continuar presentándose -como siempre- al Congreso y el Senado fueron la coartada de la banda criminal para volver a matar. El profesor Carlos Martínez Gorriarán se ha tomado la molestia de ofrecer en un reciente trabajo sobre el nacionalismo radical (publicado en Claves de Razón Práctica, nº 100) una amplia antología de documentos internos de ETA y HB fechados el verano pasado que trataban de justificar doctrinalmente el boicoteo a los comicios y la celebración de elecciones constituyentes en Euskal Herria (esto es, el País Vasco, Navarra y los territorios vascofranceses) con un censo electoral reservado exclusivamente a los nacionalistas auténticamente patriotas.
La conclusión irrefragable del 12-M es que el 64% de los votantes vascos, esto es, el 80% de los ciudadanos (cuando menos un 20% de la abstención es técnica o políticamente no significativa) ejercieron su derecho al sufragio y rechazaron el ominoso mandato de sabotear las urnas transmitido por el nacionalismo radical a golpe de coche-bomba. Quedan así confirmadas, una vez más, las firmes convicciones democráticas de la abrumadora mayoría de la sociedad vasca, sea cual sea el sentido ideológico y partidista de las papeletas depositadas después en las urnas a título individual. La agregación de Navarra al País Vasco (tal y como pretende el Pacto de Estella) haría todavía más sólido y amplio el bloque democrático de los enemigos de la violencia terrorista. Sean nacionalistas o constitucionalistas, de derecha, de centro o de izquierda, los vascos y navarros están alineados de forma mayoritaria e inequívoca con los valores y las libertades vigentes en el resto de España y Europa.
El escrutinio provisional confirma también que la divisoria de aguas entre nacionalistas (tanto moderados como radicales) y constitucionalistas corta al País Vasco en dos mitades iguales. El PNV y EA sumaron el 38% de los votos emitidos; aunque a esos sufragios se les agregase el electorado potencial de HB neto, el total no superaría el 50%. Populares y socialistas han reunido esta vez conjuntamente el 51,5% de los sufragios: un 57% si se añaden las papeletas de IU, que acaba de romper con Estella. Y la eventual incorporación de Navarra (donde los nacionalistas apenas han superado el 7%) al País Vasco en un colegio único electoral habría desequilibrado aún mas la balanza: los constitucionalistas alcanzaron el 66% de los votos frente al 33% del PNV y EA.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.