El uso de la Expo

Daba los últimos coletazos la Expo 92 y el que suscribe -que había estado trabajando en el pabellón de Túnez- recibía la oferta oficial, por parte del comisario de dicho país, de que estaría dispuesto a ceder dicho edificio para un proyecto cuyo objetivo básico fuera la potenciación del estudio, conocimiento y relaciones interculturales de nuestros pueblos. Dicho proyecto debería estar gestionado por organizaciones no gubernamentales interesadas en la idea y con experiencia en la materia.A pesar de las horas de charla con el comisario nunca pensé en que planteara una idea de este tipo, por lo que me puse en contacto con organizaciones como Derechos Humanos, Andalucía Acoge, Ecologistas en Acción, HOAC y la CGT, que rápidamente se pusieron en contacto con Pellón, Casinello, etcétera..., y plantearles dicha propuesta.

Se realiza una reunión donde después de explicarle, muy detenidamente, eso de la interculturalidad -lo confundía con un albergue para inmigrantes- a un alto representante de la sociedad, éste sólo manifestó -con los planos en la mano- "que dicha zona era de uso exclusivo para I+D y que ese albergue no pegaba allí, ni en ningún otro lugar, de un suelo tan privilegiado tecnológicamente como la Isla de la Cartuja, donde radicaba el futuro de Sevilla". El futuro ha llegado y en un suelo tan privilegiado se han montado circos, puertos de ocio, periódicos, televisiones, consejerías y muchas parcelas llenas de jaramagos. ¡Ah! y el centro de las tres culturas -con un presupuesto multimillonario, vacío y a 100 metros de donde estaba situado el de Túnez-, denominado Hassan II ¿...?

Y todo esto viene a cuento, ocho años después, porque en un acto de protesta por lo ocurrido en El Ejido nos vemos algunos de los que estuvimos presente en dicha reunión y coincidimos en el comentario de "...la preocupación y gran visión de futuro de los gestores y políticos de turno por este tipo de problemas".- Cecilio Gordillo Giraldo. Sevilla.