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Votos

ADOLF BELTRAN

Goles o votos. La participación es baja. La audiencia, no. Espectáculo por espectáculo, el de las urnas o el de los estadios, ayer ofrecieron los dos una emoción parecida. Si el Valencia le ganaba al Deportivo de la Coruña, la cabeza de la liga de fútbol se apretaría como un puño. Si perdía, el líder apuntalaría seriamente su hegemonía al frente de la tabla. Pronto se vio que el Valencia no tenía su tarde y que no iba a responder a las expectativas, convertidas de esta forma en esperanzas sin fundamento. El equipo de Cúper perdió en Galicia y no contribuyó a poner presión en la pugna por el triunfo futbolístico. El espectáculo sobre la hierba no dio más de sí. Mientras tanto, en el terreno del juego electoral, los datos de participación fueron perfilando a lo largo de la jornada una escasez que no presagiaba nada bueno para la izquierda. También aquí parecía que el líder provisional consolidaría su predominio. Como todo el mundo sabe, ni en una competición ni en otra hay que dar por perdidos los encuentros hasta que han terminado. Pero el aluvión de datos emanados de la encuestas, a las ocho en punto de la tarde, puso rápidamente una mueca de perplejidad en los dirigentes y candidatos del PSOE y de IU. Simétricamente, los populares apenas podían contener la euforia. Las tropas de José María Aznar habían soñado largamente con ese momento, una especie de Supercopa para los hinchas de la política. Si el partido de fútbol se ofreció en retransmisión de pago, las jugadas de la confrontación electoral se desparramaron en abierto por toda la geografía peninsular, a través de todos los canales. La impresión inicial, que no siempre es la que acaba fijándose en los análisis, aunque a menudo lo haga en la memoria de los ciudadanos, era fácil de diseccionar. La afición de izquierdas, en un buen porcentaje, se quedó en casa. Respondió al pacto Almunia-Frutos y a otras cosas más o menos pendientes con la frialdad de la indiferencia. En definitiva, el espectáculo confirmó ayer los pronósticos. Los votos y los goles cayeron del lado de los favoritos.

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