80 muertos por una explosión de grisú en una mina de Ucrania Es la peor catástrofe minera desde la independencia del país
Ochenta mineros perecieron y siete fueron hospitalizados ayer como resultado de una explosión de grisú ocurrida en la mina Barakov, en la provincia ucrania de Lugansk. La catástrofe, la más grande que se produce en las minas de carbón desde que Ucrania se convirtiera en país independiente, en 1991, se desató por la tarde a 664 metros de profundidad. En el momento de la explosión 287 mineros se encontraban trabajando en los tajos. La explotación minera es famosa por sus conflictos laborales.
Oleg Bíkov, portavoz del ministerio de Situaciones de Emergencia, declaró a última hora de ayer que ya no quedan mineros en las galerías subterráneas, pero advirtió que el número de víctimas mortales todavía puede aumentar, ya que entre los siete mineros heridos hay algunos que se encuentran en estado grave.Se desconoce qué fue lo que produjo la explosión, pero generalmente el grisú, gas compuesto de metano, se concentra peligrosamente en las minas mal ventiladas y basta una pequeña chispa para que se desencadene una tragedia. Esta vez, el polvo de carbón pudo haber aumentado el poder mortífero de la explosión, según explicaron fuentes de los equipos de rescate, que llegaron al lugar de la tragedia a los pocos minutos de que ocurriera la explosión, a primeras horas de la tarde. En total, 33 equipos de rescate y 11 brigadas de socorro estuvieron trabajando hasta la noche para rescatar a los mineros que habían quedado atrapados después de que, a consecuencia de la explosión, estallara un incendio.
El presidente ucranio, Leonid Kuchma, suspendió su viaje a Polonia, que debía comenzar hoy, y anunció que declararía duelo nacional. Kuchma, que se encontraba descansando fuera de Kiev, dijo que regresará hoy por la mañana a la capital ucrania. También el primer ministro, Víktor Yushchenko decidió postergar su viaje a Washington, cuyo inicio estaba previsto para pasado mañana.
Sector con problemas
Los accidentes en las minas de carbón son frecuentes en Ucrania, donde más de medio millón de mineros trabaja en condiciones deplorables y con equipos obsoletos. Además, los mineros reciben tarde, mal y nunca sus pequeños sueldos, que por lo general no superan las 17.000 pesetas mensuales. Ya este año han perecido en accidentes, contando las víctimas de ayer, 128 mineros. El año pasado hubo 297 muertes en la industria del carbón y en 1998, 360 fallecidos.
La crisis del sector cabonífero no parece tener solución a corto plazo. El Gobierno, por un lado, no tiene el dinero necesario para invertir en la industria y modernizarla, y por otro, no se atreve a una reestructuración radical que debe conducir al cierre de las minas no rentables, ya que ello dejaría a decenas de miles de personas en la calle, lo que agudizaría la situación social, ya de por sí tensa en las zonas hulleras. La misma mina Barakov, donde ayer se produjo la explosión, saltó a las primeras páginas de los diarios locales el año pasado, cuando 31 mineros durante más de dos semanas se negaron a subir a la superficie y amenazaron con suicidarse si no les pagaba los sueldos que les debían.
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