Reflexiones en jornada de reflexión
Se presume que la gente está hoy reflexionando, que medita, que le da vueltas al asunto, que no para. La jornada de reflexión es el único momento en que el Estado nos pide que pensemos. Exige que pensemos por decreto. Aún más, es posible que lo exija por ley, por la Ley Orgánica del Régimen Electoral General.Hay que dudar que el personal se ponga en serio a cumplir con la demanda, pero la invitación no deja de ser curiosa y estimulante. Por una vez no se nos pide que trabajemos ni que paguemos impuestos. Por una vez tampoco se trata de descanso obligatorio.
Ni siquiera las convenciones sociales pueden con la altura moral de este nuevo designio. Hoy se trata de reflexionar, maravilla de las maravillas, en un país donde todos corremos demasiado, a nuestras cosas. Habrá gente indecisa, pero seguro que son muchos los que ya han elegido la orientación del voto. Suponer, por otra parte, que hay sujetos que hoy se empollan los enjundiosos programas electorales de las distintas fuerzas políticas es entrar en los floridos campos de la ingenuidad. Son pocos, se supone, los que reflexionarán a fondo en relación con estas cosas. Pero la invitación tiene su miga, así que reflexionemos.
Invitaciones para la reflexión: ¿No tienen en esta ocasión, los que suelen votar en blanco, una excelente razón para acercarse a las urnas? ¿No se hará mañana, gracias a Euskal Herritarrok, su voto aún más visible? ¿No ofrece la elección al Senado una espléndida oportunidad para evitar a los votantes las restricciones que imponen los partidos? ¿Qué tal hablar del miedo? ¿No es votar mañana, en Euskadi, acaso en pueblos muy pequeños, un verdadero ejercicio de compromiso político? ¿No merecerán los diputados que usted elija que les abrase a lo largo de cuatro años, con correos electrónicos (www.congreso.es), recordando sus promesas, sugiriendo iniciativas o dirigiendo amables reprimendas?
Incluso podría escribir para felicitarles. Eso les animaría mucho (la vida interna de los partidos es ingrata y complicada) y considere que si ellos deben cosas al partido también se las deben, sobre todo, a usted y a su bendita papeleta.
Sí, jornada de reflexión. Y muchas cosas para reflexionar en sólo 24 horas.
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