"No queremos que el PNV se arrodille, sólo que salga de Lizarra"
El partido de Alli no ha hecho mítines y se ha gastado tres millones en vender la idea de que es necesaria su presencia en Madrid
Txiki Benegas (Caracas, 1948) puede ser uno de los puentes tendidos por el socialismo para que el PNV "abandone Lizarra y retome la unidad con los demócratas". Materialmente pegado a las cajetillas de tabaco, avisa al lehendakari de que mientras el PNV esté en Lizarra no hay pacto posible para el Gobierno vasco.
Pregunta. ETA ha puesto la guinda con su comunicado.
Respuesta. El durísimo ataque de ETA al PNV y EA en términos politicos significa que una organización terrorista está intentando dictar a dos partidos democráticos qué es lo que tienen que hacer, con el añadido de la amenaza de continuar los atentados. Si tienen un poco de dignidad política no hay otra salida que abandonar Lizarra. Frente a ETA hay que buscar la unidad democrática. El PNV debe rectificar.
P. Rectificar, justo el término empleado por Aznar y Mayor.
R. No le pedimos que entone un mea culpa, que se arrodille. Tiene que defender la vida, la libertad, las reglas del juego democrático. Pero el problema no es sólo del PNV, es que el PP no quiere arreglar este problema. Es una barbaridad que el presidente Aznar haya rechazado la oferta de consenso entre los demócratas que en esta materia le ha hecho Almunia.
P. ¿Si Lizarra está superado y Ajuria Enea también, sólo queda la mesa del lehendakari?
R. Es que hay dos partidos que no quieren, el PP y EH. La salida es una mesa en donde estén los partidos democráticos.
P. Es que el PP dice que mientras esté en esa mesa EH, "la cara de ETA", ellos no se sientan.
R. El PP ha suspendido hasta las relaciones con Ibarretxe. Eso es tensionar aún más a una sociedad que está ya muy crispada.
P. Ustedes, en cambio, han dedicado varios guiños al PNV, por ejemplo, al recuperar el plan Ardanza. Y el PNV les ha ofrecido sus escaños para echar a Aznar.
R. El PNV cree que con Aznar no tiene nada que hacer y piensa que Almunia es una esperanza.
P. Pero Almunia ha dicho en Bilbao que "nunca más el diálogo" con ETA.
R. Bueno, él ha hablado del diálogo y en otra ocasión del diálogo político, que es lo que dice el Pacto de Ajuria Enea. Está claro que esto lo tenemos que resolver los partidos sin la participación de las pistolas. Pero el PNV debe tener claro que mientras esté en Lizarra no vamos a hacer ningún pacto con ellos, ni aquí ni en España. Lizarra está en el soberanismo y en el ámbito vasco de decisión. Y si no se logra un consenso superior al del Estatuto, no podemos movernos de donde estamos.
P. Entiendo que si les llama Ibarretxe para formar gobierno le van a dar calabazas.
R. Posiblemente llame, pero si el PNV sigue en Lizarra no vamos a pactar nada con ellos.
P. Pero es que el PNV no sale de Lizarra si no se le ayuda, si no se coloca la pista de aterrizaje
R. Repito, no le pedimos un reconocimiento público de un error; sólo que rectifiquen en la práctica, reconstruyendo la unidad democrática. No sé cuánto van a tardar en darse cuenta de su error, pero es una situación insostenible para el PNV, ya incluso desde la dignidad política
P. Tampoco sería bueno que el PNV rompa con los sectores de EH que creen en la política.
R. No tienen por qué romper el diálogo con HB. Para nosotros, en estas circunstancias, con los atentados, es prácticamente imposible ese diálogo.
P. Pero el PSE sí ha mantenido contactos últimamente con EH y PNV.
R. No, no. Durante la tregua hablamos con todos. Pero con muertos no tenemos tripas para hablar con EH. Con el PNV, conversaciones discretas, en cinco ocasiones. La última vez que le ví a Arzalluz le dije que le iba a ganar las elecciones.
P. Hay quien tiene esperanzas en sus buenas relaciones para encauzar ahora la pacificación
R. Las relaciones personales han sobrevivido a los avatares de la política, pero llevo más de dos años de desencuentro político total con Arzalluz.
P. ¿Por qué las encuestas no reflejan la movilización del voto progresista tras el pacto con IU?
R. En las nuestras sí está funcionando. Hemos acercado posiciones con el PP en campaña y hay un nivel de indecisión alto.
P. Es que llegaron a la precampaña con un cambio de candidato y un pacto a toda prisa con IU.
R. Es cierto, y a eso hay que sumar la bonanza económica de la que ha disfrutado Aznar en estos cuatro años. Vamos con un programa común con Izquierda Unida y habrá que sumar sus escaños.
P. ¿Si el PP gana, se ven otros cuatro años sin hacer oposición con el tema de la pacificación?
R. Esa decisión fue para una legislatura. Y si gana el PP, veremos quién asume Interior.
P. ¿Cómo explicaría a un californiano que venga hoy aquí que los partidos no se reúnen para la pacificación, pero todos van a las televisiones para los debate electorales? ¿Son más importantes los votos que la pacificación?
R. Yo podría explicarle lo que pienso; quien no podría sería Otegi, que está en una formación política antisistema en Europa que no condena la violencia. A partir de ahí, lo que entendería el de California es que nosotros planteamos la unidad democrática para combatir a ETA y el diálogo entre partidos como método.
La modesta campaña de CDN
Juan Cruz Alli, 57 años, abogado en ejercicio y profesor de la Universidad Pública de Navarra, es el candidato de Convergencia de Demócratas de Navarra (CDN) al Congreso y el alma del partido más peculiar de la región.Alli alcanzó la cúspide de su carrera política, ser presidente del Gobierno foral, con Unión del Pueblo Navarro (UPN), entre los años 1991 y 1995. Después abandonó el partido regionalista, al que ahora dedica feroces críticas, y creó una formación a su medida, CDN, que aboga desde entonces por avivar en la sociedad navarra una conciencia "nacional".
Es parlamentario foral desde 1983 y, algo que nadie pone en duda, un brillante intelectual y político al que, sin embargo, los electores navarros han dado la espalda en los últimos tiempos.
Con apenas tres millones de pesetas de presupuesto, sin celebrar mítines y distribuyendo entre los afiliados la tarea de hacer propaganda callejera, CDN ha hecho campaña bajo el lema Navarra tendrá voz.
"Somos una comunidad histórica con derechos históricos y una alta cota de autogobierno que nos exige tener una voz propia en Madrid", indica Alli. "Navarra carece ahora del peso político que tuvo porque está en manos de partidos sucursalistas!, añade.
En el caso de obtener representación, CDN pactaría con aquel partido que "respete la identidad y el autogobierno de Navarra", indica su presidente. "Por lo tanto, cualquier partido, socialistas o populares, que necesitase los votos de CDN, tendría que pasar por nuestra aduana". La retirada de los recursos del Gobierno central contra normas fiscales de Navarra, la reforma del Amejoramiento del Fuero, la equiparación en todos los órdenes a las demás comunidades denominadas históricas, la ampliación de los derechos históricos o la policía integral, serían algunas de sus exigencias.
CDN ha reivindicado su carácter de fuerza de centro izquierda, más cercana al PSOE que al PP en sus planteamientos sociales y económicos. "Un dirigente socialista ha dicho", subraya Alli, "que yo, que fui cuatro años presidente del gobierno navarro con UPN, soy algo así como un conservador reconvertido. Pues no. Si precisamente estoy donde estoy es porque no soy ningún conservador reconvertido. Ni lo era en aquellos cuatro años. Si lo fuera, estaría en UPN". "Tenemos un partido, un proyecto y un programa de corte socialcristiano, una tercera vía que no es más que la reconversión de la socialdemocracia a la vía de la corriente socialcristiana europea", insiste.
Respecto a su condición de nacionalista navarro, Alli reclama la identificación de Navarra "como una nación diferenciada, y defendemos esa nacionalidad, pero dentro de España". "Cualquier concepto nacionalista que se quiera hacer desde Convergencia es precisamente porque entendemos que Navarra debe defender su identidad frente a dos nacionalismos: frente al nacionalismo vasco, que intenta utilizarla para justificar su proyecto político con nuestra legitimidad histórica, y frente al nacionalismo español,que intenta utilizar a Navarra para desarbolar al nacionalismo vasco, con lo cual le están haciendo perder a Navarra sus suyas de identidad y difuminándola más en lo que es el resto de España", subraya el dirigente de CDN.
El hueco electoral de CDN se ubica entre el PSOE y UPN, aunque es a su ex partido al que dedica epítetos más contundentes. "El navarrismo, el regionalismo navarro, ha sido la versión navarra del nacionalismo español. El nacionalismo español, ante la realidad de una comunidad con conciencia de su identidad, ha preferido siempre mantenerla en cierto nivel de autogobierno. Así lo hicieron los liberales y así lo hizo el franquismo, que mantuvo la Diputación foral y lo que entonces se dio en llamar el 'sano regionalismo' de Navarra", manifiesta un Alli convertido en historiador político.
"Los regionalismos, en el fondo, son la tapadera de corrientes del nacionalismo español. Yo no digo que en UPN no haya gente que en esa actitud de concebir Navarra como nacionalidad pueda estar incluso cerca de CDN, pero pueden más los que piensan que España es un único hecho nacional y que Navarra es una simple región", sostiene el líder de Convergencia.
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