Los amigos de Aznar
El asistente a mítines electorales ha cambiado. Ya no salen viejos obreros con la cara surcada de arrugas esgrimiendo una estampa laica de san Vladimir. Ahora hemos evolucionado a un público que recuerda el de los concursos de televisión, pero que, por lo menos, tiene la libertad de ir a mear sin necesidad de pedir permiso al regidor. En los mítines socialistas no suele faltar el primer plano de mujer con rosa en la mano, embobada con las palabras de su Joaquín. En los actos del PP, en cambio, la rosa es sustituida por la banderita del PP (la española se reserva para la selección). También se procura mostrar a los asistentes más jóvenes y, en la medida de lo posible, a las chicas guapas. El mensaje está claro: la derecha española no es una reserva de abuelitos chusqueros, sino una alternativa de buen ver. En los partidos de fútbol suele hacerse lo mismo. Para matar el aburrimiento, los cámaras de las cadenas buscan alguna chica para distraerse ellos y animar la retransmisión.Últimas estampas electorales llegadas a nuestro televisor: Felipe González en Tele 5, a las 9.30 de la mañana del lunes, se refiere a los amigos del poder y, más tarde, a los amigos de Aznar. En la conexión en directo de las noticias de la noche de TVE-1 y de Antena 3, Almunia insiste en el estribillo de moda: los amigos de Aznar. En TVE-1, aparece Iñaki Anasagasti con una corbata escocesa y suelta algunas verdades que desmienten la corriente de demonización a la que se ven sometidos. Dice, por ejemplo, que los nacionalistas vascos son personas normales que llevan corbata y que no escupen en el suelo. En Antena 3, en aquel momento, Xavier Trias, candidato de CiU, afirmaba que, a veces, los vascos tienen planteamientos que a los que no somos vascos nos cuesta comprender, a lo que la metálica Isabel San Sebastián le replicó: y a los que somos vascos también. (Trias estuvo bien recordando que el día de la bomba de Hipercor estaba de guardia -es médico-, atendiendo a las víctimas y ayer, en TVE-1, volvió a referirse al drama de la violencia). Por cierto: estuve observando el peinado de Anasagasti y llegué a la conclusión de que el arquitecto del Museo Guggenheim se inspiró en este prodigio de ingeniería capilar para construir su obra de curvas y titanio. En cuanto a la cantinela de Los amigos de Aznar, apuesto a que se va a convertir en tópico, olvidando los delitos de otros que, con la misma facilidad con la que lo hace el actual, pecaron de amiguismo impune. ¿La televisión es un lugar donde sólo salen los amigos de Aznar? No. Por ejemplo: vi a Mario Conde paseando por la calle rodeado no de votantes, sino de guardaespaldas. Aunque eso desmienta aquella frase de Semprún, que afirmó que la televisión es un lugar en el que los amigos pueden salir cuando quieren y los enemigos no.
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